En los barrios populares el precio de los alimentos subió un 11 por ciento durante el mes de julio. Así lo muestra el último informe del Isepci, la consultora que releva los comercios de proximidad en los que se abastecen los vecinos de las zonas urbanas de menores ingresos. Según su medición, la canasta de alimentos para una familia de dos adultos y dos chicos pasó a costar 50.411 pesos. Esta suba implica que en julio, un hogar tipo necesitó 5 mil pesos más de ingresos que en junio para no caer bajo la línea de indigencia.
Los últimos datos oficiales sobre lo que ganan los trabajadores no asalariados indican que su ingreso medio es de 53.555 pesos (en marzo, de la Encuesta Permanente de Hogares). Es decir que los que se ganan la vida por cuenta propia, sin un patrón, están peleando para no caer en la indigencia más que para salir de la pobreza (línea que está muy por encima de los ingresos medios de los no asalariados: para no ser pobre una familia de cuatro integrantes necesita 112 mil pesos, según esta misma medición de Isepci).
¿A qué comercios corresponde este costo de la vida? A 900 negocios de cercanía ubicados en veinte distritos del conurbano bonaerense. El Isepci, que está vinculado al Movimiento Barrios de Pie - Libres del Sur, tiene una red de relevadoras de precios que son integrantes de esa organización popular. El valor de esta medición ha sido reconocida por el Ministerio de Desarrollo Social, durante la gestión anterior a la actual.
Qué se encareció
En lo que va del año, los productos de almacén que más subieron fueron el azúcar (116 por ciento), el pan (93 por ciento) y las galletitas (90 por ciento). En las carnes, aumentaron los precios de las de mayor consumo, como el pollo (84 por ciento en lo que va del año) y el espinazo (78 por ciento).
A su vez, en los promedios mensuales las verduras fueron el subconjunto con las alzas más altas, del 17 por ciento mensual, en segundo lugar se encarecieron un 14 por ciento los productos de almacén y un 3 por ciento la carne.
Como se sabe, las organizaciones sociales vienen pidiendo un refuerzo en las políticas de ingresos del Gobierno destinadas a los trabajadores informales. La Unidad Piquetera reclama un bono de 20 mil pesos para paliar la inflación.
Por su parte, los movimientos que se referencian en Juan Grabois, junto con La Poderosa y la CTA Autónoma, impulsan la creación de un salario básico universal equivalente a línea de indigencia por adulto equivalente (15 mil pesos).
Tras la asunción de Sergio Massa como ministro de Economía, habrá que esperar qué definiciones van a tomarse para reforzar los ingresos de las familias de menores ingresos. En julio, antes de los cambios de Gabinete, el gobierno nacional otorgó a los trabajadores del Plan Potenciar un bono de 11 mil pesos, que era esperado porque en julio tradicionalmente el Estado paga a estos trabajadores un aguinaldo social.
Uno de los interrogantes es si el proyecto de un ingreso complementario elaborado por la senadora Juliana Di Tullio encontrará eco con Sergio Massa como ministro de Economía, es decir si tendrá chances de salir mediante un decreto presidencial. Por otro lado están las vías ya abiertas para recomponer los ingresos de los sectores más desprotegidos como refuerzos a través de la AUH o de la Tarjeta Alimentar.
Tiempo de espera
Esta semana todavía no hay previstas movilizaciones de las organizaciones sociales en reclamo al gobierno nacional. El paréntesis es lógico tras los cambios de Gabinete, ya que Massa hará sus primeros anuncios sobre el rumbo económico a mitad de la semana.
La Unidad Piquetera va a hacer cortes este martes en la Ciudad de Buenos Aires, pero con demandas a Horacio Rodríguez Larreta por la falta de viviendas y de urbanización en los barrios populares.
Por su parte, las organizaciones de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular está preparándose para realizar, el próximo domingo, la tradicional marcha de San Cayetano, desde Liniers a la Plaza de Mayo. Esta movilización va a reunir a toda la UTEP, que tiene un sector albertista, liderado por el Movimiento Evita, que en los últimos tres meses bajó la intensidad de sus protestas, como una forma de respaldar al Presidente en el último tramo de la gestión de Martín Guzmán. El otro sector de la UTEP, que sintoniza con Cristina Kirchner, mantuvo en cambio actividades callejeras semanales, con un plan de lucha por el salario universal. San Cayetano los reunirá sobre un mismo escenario, frente a una crisis agudizada por la disparada de la inflación.
Corrida, expectativa y precios
En diálogo con AM750 el director de Isepci, Isaac Yuyo Rudnik, señaló que “durante julio, en general, los productos que más aumentaron son los que siguieron la tendencia de los últimos meses”. Estos son los derivados de las harinas, de la azúcar, los dulces, las mermeladas, los aceites. “Todos los productos tuvieron el impacto de los precios internacionales, principalmente a partir de febrero, cuando se desató la guerra en Ucrania”, explicó.
“Hay un arrastre de los productos que tienen una influencia directa en la problemática de la guerra sobre todos los alimentos. Esto pasa a nivel global. Pero en Argentina hay una problemática especial respecto a cómo impactan estos productos, porque tenemos una coincidencia calcada entre los principales productos de la canasta de exportación con esos que son los principales de la canasta de alimentos. Ahí hay un mecanismo de transmisión de precios casi mecánica”, añadió el especialista.
Y concluyó: “El aumento de los alimentos es lo que, obviamente, más preocupa a las familias de menores ingresos. En las últimas dos semanas hubo una situación de inestabilidad que produjo una expectativa de devaluación y esto aumentó la expectativa de impacto sobre los precios internos”.