La Ertzaintza está investigando una docena de pinchazos a mujeres registrados en los últimos quince días en recintos festivos y espacios de ocio de distintas localidades vascas y en ninguno de ellos se han encontrado restos de inoculación de sustancias tóxicas, según han confirmado fuentes de la policía vasca a Público. En Catalunya, los Mossos han recibido 17 denuncias en esta dirección, y en ninguno de ellos se han hallado este tipo de restos.
En las fiestas de San Ignacio en Azpeitia (Gipuzkoa), varias mujeres han denunciado haber sufrido pinchazos de sumisión química, aunque el Ayuntamiento de la localidad ha confirmado solo dos casos, que fueron atendidos en el ambulatorio en la noche del sábado al domingo, mientras que la Policía local está recabando información acerca de otros "tres o cuatro casos".También a lo largo del último fin de semana varias personas han recibido asistencia sanitaria en el Hospital Marqués de Valdecilla por pinchazos en el Reggaeton Beach Festival Santander (RBF Santander) celebrado el domingo, si bien todas las pruebas realizadas hasta el momento han dado negativo en drogas.
Estos casos son algunos de los múltiples ejemplos denunciados ante las autoridades y reportados en las redes sociales a lo largo de las últimas semanas en relación a esta nueva práctica del pinchazo, que complica la lucha de la policía, la administración y los propios locales de ocio contra la sumisión química, la intoxicación pensada para agredir a una mujer medio inconsciente. Asimismo, a la espera de que se recaben más datos al respecto, las autoridades policiales piden actuar con "precaución y perspectiva".
¿En qué consiste el pinchazo?
Este método, por el que se administra inyectando y no disolviendo la burundanga u otra sustancia similar en una copa, provoca una pérdida de conciencia de la víctima, con el objetivo de cometer una agresión sexual pero también un delito patrimonial, recuerdan las autoridades policiales.
El relato de las mujeres que han denunciado estos hechos en las últimas semanas habla de estar en la pista de baile o entre mucha gente y sentir un pinchazo en el brazo o muslo y luego notar que la extremidad se adormece para luego sentir mareo y malestar general.
La agente de igualdad y experta en violencias sexuales de Ágora, Alba Martínez, explica a Efe que la metodología del pinchazo lleva ya algún tiempo en lugares como Reino Unido y que en España se empezó a tomar en serio tras los últimos sanfermines, donde se reportaron varias denuncias.
¿Qué hacer?
Martínez apunta que en caso de sentir que se puede haber sufrido esa intoxicación debe pedirse ayuda a la seguridad del local o punto violeta e ir a un centro sanitario para que se extraiga una muestra de sangre, que servirá para la denuncia en su caso.
Ante el aumento de este tipo de testimonios, la ministra de Igualdad, Irene Montero, se ha pronunciado al respecto. En esta línea, ha recordado el convenio firmado la semana pasada con la Federación Nacional de Empresarios de Ocio y Espectáculos para que los lugares de ocio nocturno "sean también puntos violetas".
"El sector se ha mostrado comprometido contra las violencias sexuales y, a partir de ahora, en puntos visibles de los baños podrás encontrar un código QR que te llevará directamente a la Guía del Punto Violeta, que también tienes disponible en la web", ha añadido a través de un mensaje en Twitter.
María Sainz, experta en Medicina Preventiva y Salud Pública, ha puesto en valor la existencia de estos nuevos puntos violetas, así como el hecho de que se reporten estos casos, pues a su entender, que se sepa actuar "con prontitud es importante", ya que en el caso de que estos pinchazos se produzcan y no se pongan en conocimiento "no solo puede conllevar un ataque sexual, sino que hay riesgo de transmisión de enfermedades".
En cuanto a este reciente fenómeno que todavía está siendo investigado por las autoridades policiales, la experta señala a Público que, independientemente del número de personas afectadas, esta práctica "puede ir en contra de los propios centros de ocio". Por ello, pide que se aumente la seguridad en estos lugares, ya que este tipo de actos supone "un ataque directo contra la integridad física y psicológica de las personas, más allá del objetivo último".
Datos de agresiones bajo sumisión química
Cabe recordar que los datos del fenómeno de las agresiones bajo sumisión química hablan por sí solos: entre el 1 de enero y el 12 de junio de 2022 se habrían producido solo en Catalunya 288 casos, 167 por sumisión química y 121 por vulnerabilidad química, según recoge Efe.
En el conjunto de España, en 2021, hubo un total de 3.001 solicitudes de investigación al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de España (INTCF) de casos de agresiones sexuales, y se pidió estudio de sumisión o vulnerabilidad química en 994 (33,1%) casos. El 72,1% de los casos analizados dieron positivo en alguna sustancia (ya sea alcohol, drogas de abuso y/o psicofármacos) aisladamente o en combinación, en un contexto donde el 92,4% de las víctimas fueron mujeres.