El presidente de Colombia, Iván Duque, se mostró a favor de los procesos de paz, aunque se mostró en contra de que se tenga que dar un "sometimiento del Estado" sobre las presiones de los grupos armados.
El jefe de Estado dijo en una entrevista para RCN Radio este lunes: "Yo creo en una paz con verdad, con justicia, con reparación y con no repetición, pero también creo en una paz que parte de la base en donde los criminales teman al Estado, no donde el Estado le tema a los criminales".
Asimismo, el mandatario expresó que los líderes de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) no tienen una voluntad real de sentarse a negociar un proceso de paz. "Yo creo que el ELN nunca ha tenido verdadera voluntad de paz (…) Para ellos las negociaciones de paz siempre son una oportunidad para fortalecerse", señaló.
Por último, Duque se mostró arrepentido por no haber podido alcanzar un consenso con los partidos de oposición sobre la Ley Estatutaria de la Justicia Especial para la Paz.
Anfitrión del diálogo
El presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, anunció el pasado viernes que le solicitó al gobierno de Cuba que sea el anfitrión de los diálogos de paz con la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN), en caso de que el proceso se reactive nuevamente.
Tras concluir una reunión con los embajadores de varios países de América Latina, Petro anunció que le trasladó su intención al embajador de ese país en Colombia, Javier Caamaño. Al anunciarlo, recordó que a “Cuba no le fue tan bien” cuando fue sede del diálogo con las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, porque se la acusó de ser un “refugio para los líderes de las guerrillas”.
Cuba también fue el país elegido en 2017, cuando el gobierno de Juan Manuel Santos promovió conversaciones con el ELN que comenzaron en Ecuador y luego avanzaron en La Habana hasta su interrupción definitiva, en agosto de 2018, cuando el presidente ya era el saliente Iván Duque.
Entre otras cosas, Petro subrayó que todos los otros países que fueron garantes del diálogo -Brasil, Cuba, Chile, Ecuador, Venezuela y Noruega- tienen la invitación en pie para mantener ese papel en los acuerdos.
“Si el gobierno de Noruega quiere mantener su papel de garante, que lo era, eso se puede abrir a otros países", indicó el presidente electo, y agregó que España manifestó su intención de "ayudar al proceso de paz colombiano", al igual que Chile. En esta línea, convocó a "toda América Latina, porque al final lograr éxitos en disminuir sustancialmente la violencia en Colombia -hoy cada vez más compleja- es también un éxito americano”, aseguró.
Intención de diálogo
En la campaña electoral, Petro se mostró partidario de retomar las negociaciones con el ELN y con las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
"Tengo un reto ambicioso y la realidad es que hay miles de hombres armados bajo diferentes agrupaciones, todas ligadas al narcotráfico. Proponemos un desarme para lo que queda de la vieja insurgencia, un diálogo político rápido, y ahí incluyo al ELN y a las disidencias de las FARC, que se forjaron porque Duque saboteó el acuerdo de paz, y ese acuerdo debe cumplirse", declaró el líder del Pacto Histórico, en una entrevista que le realizó el diario español Público en enero de ese año.
Tras la elección de Petro como el primer presidente de izquierda de Colombia, el ELN ratificó su voluntad de retomar el diálogo. En un comunicado firmado por el actual jefe de esta guerrilla, Eliécer Herlinto Chamorro, alias "Antonio García", la organización se mostró dispuesta a "reanudar las conversaciones de paz con el nuevo gobierno para que sus resultados traigan la paz con justicia social para toda Colombia".