Las regiones del país que registraron los niveles de desempleo más elevados durante el primer trimestre del año fueron Gran Buenos Aires, Mar del Plata y Gran Rosario. Los datos oficiales muestran que en esos tres aglomerados urbanos viven 64 de cada 100 de los desocupados de todo el país. En el conurbano bonaerense, la desocupación alcanzó el 11,8 por ciento, en la ciudad balnearia el guarismo llegó a 10,4 por ciento y las cifras rosarinas treparon a 10,3 por ciento. La tasa de desempleo urbana nacional fue 9,2 por ciento. Entre las jurisdicciones con menos de 500 mil habitantes, la única que superó el dígito fue Gran Catamarca, donde la desocupación marcó 10,8 por ciento.  

La desocupación en la Ciudad de Buenos Aires, el distrito más rico del país, llegó a 7,9 por ciento. Si bien en términos porcentuales ese dato es significativamente más bajo que el promedio nacional, la cifra da cuenta de 129 mil porteños sin empleo entre enero y marzo. Las autoridades estadísticas porteñas difundieron la semana pasada los resultados de su propio relevamiento donde el desempleo ascendió hasta 9,4 por ciento, ocho décimas más que en el mismo período de 2016. De acuerdo a esas mediciones en el primer trimestre del año hubo 160.879 porteños desempleados, 18.762 más que hace un año. 

Los datos del Indec señalan que el desempleo entre los aglomerados urbanos con más de 500 mil habitantes la desocupación fue de 10,1 por ciento y en las jurisdicciones más pequeñas fue del 5,2 por ciento. En términos geográficos la región Pampeana reflejó un 8,8 por ciento de individuos sin empleo, en el Noroeste fue 6,5 por ciento y en la Patagonia marcó 5,5 por ciento. Por su parte, en Cuyo la cifra informada es 4,7 y en el Noreste 3,1. En muchas localidades del interior, en particular en el norte, las exiguas tasas de empleo y actividad son un claro síntoma de la estrechez de sus mercados de trabajo, de la incapacidad de la estructura productiva local para generar una demanda de trabajo creciente y sostenida.