En medio de los paros que se replican en el país para pedir un salario digno y repudiar las políticas de ajuste, el Ministerio de Educación de la Nación envió a las escuelas porteñas manuales de texto para chicos de sexto grado que “educan” en contra del derecho a huelga de los trabajadores. Los docentes repudiaron la situación, que enmarcaron dentro de un contexto de “mercantilización” de la enseñanza, y ratificaron que refuerza el punto de vista “sesgado” que tiene Mauricio Macri contra los trabajadores y la educación.
El manual es editado por la empresa AZ y distribuido para que los maestros trabajen los contenidos que los alumnos tendrán que rendir para una próxima prueba de nivelación. El ministerio de Esteban Bullrich consideró que la mejor forma de abordar las formas lingüísticas de una nota editorial era una publicada por Clarín, “adaptada”, que se titula “Una protesta que daña al Congreso” y habla sobre una huelga de trabajadores que paralizó por unos días la actividad en el Congreso, para explicar que las protestas gremiales son “inadmisibles”. El artículo señala que la manifestación es una forma de “entorpecer a la democracia” y considera fuera de la ley a los trabajadores que estaban haciendo sus reclamos.
“Los representantes de los trabajadores tienen el derecho de reclamar, protestar y manifestar por las reivindicaciones que consideren pertinentes. Pero el ejercicio de esos derechos deben realizarlo respetando la legalidad y los derechos de los demás ciudadanos”, reza el editorial, que según Eduardo López, titular de UTE, muestra la visión de un gobierno que reprimió la instalación de la escuela itinerante en el Congreso.
“De sus discursos sobre la campaña del desierto a que se forme a los chicos para priorizar la represión al reclamo hay un solo paso”, repudió López, en referencia a la comparación de Bullrich del genocidio aborigen con los planes educativos que desde el Gobierno tenían pensado implementar.
Para complementar la elección de la noticia, el manual publica una particular historieta, donde un hombre de saco increpa a un obrero que está realizando una manifestación y le explica que su protesta es “inadmisible”. Ante la respuesta del trabajador, que enfatiza su derecho, en el recuadro siguiente sólo habla el hombre de saco, quien agrega: “El ejercicio de esos derechos debe realizarse respetando la legalidad y los derechos de los demás ciudadanos”.
López enmarcó la publicación dentro de una tendencia en la que “hay un desembarco de las empresas en la educación” y remarcó que “el joven es un sujeto de derecho y no objeto de consumo ni de bajada de línea como para el Gobierno”.