Un nuevo mamífero que vivió en la región pampeana durante el Pleistoceno fue descubierto por un investigador de la Universidad Nacional de Rosario, a partir del análisis de un fósil en el Museo Paleontológico de San Pedro. El nuevo género pertenece a un perezoso terrestre gigante cuyos parientes fósiles fueron encontrados por primera vez hace más de 170 años por Charles Darwin en su paso por nuestro país. El hallazgo de un cráneo del nuevo animal ocurrió físicamente en el año 2009 pero recién ahora y en el marco de un proyecto radicado en la Facultad de Ciencias Exactas de la UNR, fue estudiado y analizado concluyendo que se trata de un mamífero nuevo en su tipo.
La investigación, dirigida por el Doctor en Ciencias Biológicas Luciano Brambilla, del Laboratorio de Paleontología, comenzó con la revisión de los materiales depositados en numerosos museos de la región entre los que se encuentra el Museo Paleontológico Fray Manuel Torres de San Pedro.
Dado que en esa ciudad hay barrancas del río Paraná y también se explotan canteras, suelen aparecer fósiles que si no son rescatados se caen al agua o se erosionan y se pierden. Con el fin de preservarlos, un grupo conservacionista creó hace 14 años este Museo destinado no sólo a catalogar y exhibir las piezas, sino también a investigar, divulgar a la comunidad e incentivar vocaciones.
¿Cómo era? Con piel gruesa, abundante pelambre, garras importantes, 3 metros de longitud y 1,40 a 1,60 metro de altura.
El fósil había sido hallado por Fausto Capre, maquinista de la empresa Tosquera San Pedro, mientras efectuaba trabajos de extracción de tosca a unos 18 metros bajo el nivel del suelo actual.
Al principio se pensó que podía corresponder a un ejemplar de Milodonte o de Glosoterio, dos géneros conocidos de perezosos extintos que habitaron la región pampeana ya que, por su aspecto general, era a los que más se asemejaba. Sin embargo, a partir del trabajo de investigación, surgieron diferencias que llamaron la atención.
"Si bien en sus vistas frontal, posterior y lateral, el fósil conserva semejanza con los Milodontes; su gran tamaño, la presencia de un quinto diente y la suma de las numerosas diferencias morfológicas identificadas, demuestran que se trata de un animal totalmente novedoso y desconocido por la ciencia", afirmó José Luis Aguilar, director del Museo.
El fósil de San Pedro excede en más de 14 centímetros el promedio tomado sobre 17 cráneos de Glosoterios, y en unos 7 el promedio tomado sobre 11 cráneos de Milodontes, ubicando la talla del nuevo animal lejos del rango normal de los dos géneros investigados, según explica el paleontólogo de la UNR.
A todos los cráneos estudiados se les tomaron catorce medidas lineales de referencia entre diversos puntos de su anatomía. De esos parámetros, nueve arrojaron significativas diferencias con el fósil recuperado.
Otra diferencia fue observada sobre las piezas dentales. Mientras que los Glosoterios poseían cinco dientes a ambos lados del paladar y los Milodontes, cuatro, este fósil tiene cinco piezas a cada lado de su paladar, como los primeros, pero su aspecto general es más cercano al de los segundos.
"La forma de su paladar y la distribución de sus piezas dentales parecen ubicarlo en una posición intermedia entre las especies conocidas, por lo que se podría inferir que su dieta era herbívora, pero bastante variada e inespecífica", expresa el investigador.
Comparado con los dos grandes perezosos mencionados, el nuevo animal presenta una prominencia robusta y marcada delimitando la región superior y anterior de la órbita del ojo, lo que seguramente aportaba un detalle particular a su rostro.
Se estima que este mamífero vivió hace 800.000 años mientras que los ya conocidos son más recientes, de unos 120.000 años. El investigador supone que su aspecto físico general no se aleja demasiado de los otros: cubierto de una gruesa piel, con abundante pelambre, manos provistas de gruesas e importantes garras para defenderse o enganchar ramas y hojas, una longitud superior a los 3 metros, con una altura entre 1,40 a 1,60 metros y una masa corporal de más de 2.400 kilos.
En cuanto a su cabeza y rostro, posee un cráneo poderoso, de unos 70 centímetros de longitud, alargado y algo bajo, con amplias fosas nasales y un ceño abundante con un relieve prominente. Si bien no es posible tener absoluta certeza acerca del color del pelo, animales muy cercanos a él, como los Milodontes, tenían un tono entre el beige y el castaño claro.
A partir de los detalles morfológicos de la especie, surgidos del cráneo fosilizado y sugeridos por Brambilla y el equipo del Museo, el ilustrador Jorge Portaz hizo una reconstrucción de la apariencia de este mamífero.
La nueva especie fue bautizada como "Archaeomylodon Sampedrinensis". La primera parte del nombre hace referencia a la antigüedad del fósil descubierto con respecto a sus parientes más cercanos y la segunda, destaca la procedencia geográfica del lugar donde fue descubierta.