El ex canciller alemán Helmut Kohl, considerado el “padre” de la reunificación, falleció ayer a los 87 años en su casa de la ciudad de Ludwigshafen, en el suroeste de Alemania.
Jefe de gobierno alemán de 1982 a 1998, el político democristiano fue clave en la reunificación lograda en 1990 y en la configuración de la Europa unida, así como en la adopción del euro como moneda única. Tras la revolución pacífica de 1989 en la República Democrática Alemana que llevó a la caída del Muro de Berlín, Kohl reconoció que disponía de un margen exiguo de tiempo para lograr la unidad del país y negoció a contrarreloj con los líderes de Estados Unidos, la Unión Soviética, Reino Unido, Francia y la Unión Europea las condiciones para superar la división de posguerra.
Kohl se había alejado de la vida pública tras sufrir un traumatismo craneal en una caída en el 2008, que lo dejó atado a una silla de ruedas y recluido en su casa. En el 2015 su estado de salud se deterioró considerablemente, pero se recuperó después de una larga estancia en una clínica. En abril del año pasado recibió en su vivienda del barrio de Oggersheim al primer ministro húngaro Viktor Orban.
Kohl marcó como pocos la vida parlamentaria de Alemania durante más de cuatro décadas como diputado y fue un hombre de récords políticos: fue quien más tiempo dirigió los destinos de Alemania y durante un cuarto de siglo, de 1973 a 1998, presidió la Unión Cristianodemócrata (CDU). “Helmut Kohl fue un gran alemán y un gran europeo”, dijo la canciller alemana Angela Merkel sobre quien fuera su mentor político. “Fue un golpe de suerte para nosotros los alemanes”. La noticia del fallecimiento sorprendió a Merkel durante una visita en Roma, donde esperaba ser recibida en audiencia privada por el papa Francisco.
Merkel, apodada como “la chica de Kohl”, se inició en la política de la mano del ex canciller de la reunificación. “Helmut Kohl también cambió mi vida de forma decisiva”, manifestó. La dirigente conservadora, antigua ciudadana de la Alemania del Este, también destacó que la política de su mentor le permitió, al igual que a millones de ciudadanos, pasar de una vida en dictadura a una vida en libertad. Pero también fue ella quien en 1999 y en calidad de secretaria general del partido llamó a la agrupación a emanciparse del patriarca por un escándalo de financiación ilegal. La relación entre ambos quedó deteriorada desde entonces.
“Fue una gran suerte para Alemania que Helmut Kohl la liderase en un momento histórico decisivo con valor, visión de futuro y firme conducción”, expresó el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier. “Helmut Kohl deja su huella en la historia mundial. Los alemanes lo apodaron con el sobrenombre de ‘Canciller de la reunificación’, es correcto y merecido”, señaló el ex presidente soviético Mijail Gorbachov, quien negoció con Kohl la reunificación germana.
El ex presidente de Estados Unidos George H.W. Bush, que también participó en el proceso que llevó a la caída del Muro de Berlín y a la unidad de Alemania, elogió al ex canciller y afirmó que constituía la mayor figura política tras la Segunda Guerra Mundial. “Al igual que muchos de los que fueron testigos de la miseria indecible y de la desdicha de ese tiempo, Helmut (Kohl) odiaba la guerra. Pero odiaba aún más totalitarismo”, sentenció el político estadounidense. Por su parte, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, mostró un profundo pesar. “Era un gran amigo del Estado de Israel y estaba completamente comprometido con la seguridad del Estado judío”, indicó.
Kohl nació en Ludwigshafen, en el estado de Renania-Palatinado, cerca de la frontera con Francia, del que fue primer ministro de 1969 a 1976. El doctor en historia se casó en 1960 con la traductora Hannelore Renner, con quien tuvo dos hijos, Walter y Peter. Hannelore Kohl se suicidó en 2001 a causa de una dolorosa alergia a la luz que la obligaba a no salir a la calle de día. Siete años más tarde, Kohl tomó por esposa en segundas nupcias a la funcionaria Maike Richter, 34 años menor que él. Tras esta boda se resintió la relación con los hijos y con sus colaboradores de muchos años.
Su primogénito, Walter Kohl, reconoció ayer ante los medios que se enteró de la muerte de su padre por la radio y dijo que habló con él por última vez por teléfono en el verano del 2011. Desde entonces, indicó, no le permitieron hacerle visitas. “Tienen ante sí a un hombre muy triste”, dijo ante los periodistas tras visitar el lecho de muerte de su padre.
En noviembre del 2014 Kohl presentó en Francfurt un libro titulado “Preocupado por Europa” en el que explicaba cómo nació la idea de la
Europa unida y la importancia de la moneda única. También mencionaba los errores cometidos al introducir la divisa y se quejaba de lo que consideraba una falta de seriedad en el manejo del proyecto europeo y decisiones erróneas debidas a razones electorales. El ciudadano ilustre de Europa concluía postulando su convicción más profunda: “Europa es nuestro destino”.