La visita de campaña a Tigre no fue el único baño de realidad de ayer para Mauricio Macri. El presidente almorzó con el DT del seleccionado de fútbol, Jorge Sampaoli, quien aclaró que aceptar el convite no implicaba ninguna “vinculación ideológica”. Más tarde, Macri posó frente a cámara para hablar por teléfono con “Sergio”, un vendedor que le había mandado una carta, quien le contó que su sueldo “rinde mucho menos que antes” y que dejó de ir al supermercado porque ahora compra en mayoristas. En ese contexto, el Presidente usó la puesta en escena para machacar contra “los que hicieron estas cagadas”, que “siguen caminando por la calle”, y apuntó a “los jueces que tenemos”, que “dan vueltas y a un año y medio todavía no empezó el juicio oral de ninguno”.

Macri almorzó con Sampaoli, con el presidente de la AFA, Claudio Tapia, y con el vice primero y amigo Daniel Angelici. El DT de origen peronista, quien supo hacer pública su simpatía por el kirchnerismo, se desmarcó al aclarar en un comunicado que fue a Olivos en respuesta a “una invitación desde Presidencia”. Sampaoli le transmitió su “preocupación por el estado del fútbol argentino” tras la intervención de la AFA.

Más tarde, en diálogo con “Sergio”, el presidente explicó que hasta ahora estuvo “sacando mugre de debajo de la alfombra”. Sugirió que en la gestión de CFK “nos habíamos gastado todas las reservas de energía para darla gratis” para justificar los aumentos de servicios y admitió que “a todo el mundo le cuesta entre un 5 y un 10 por ciento más llegar a fin de mes”. “Esto tarda en moverse y arrancar”, dijo compungido. Después apuntó a los jueces. “Me desespera que los que hicieron todas estas cagadas, que se robaron el país, como tenemos los jueces que tenemos todavía siguen caminando por la calle”, dijo. “Tienen que decirnos a los argentinos quién, de todos los que se fueron, robaron. Hay un montón de denuncias y queremos que nos digan si son verdad o no”, reclamó. También habló de profundizar el “cambio cultural” para bajar salarios.