El joven de 24 años que el 5 de marzo mató a cuchilladas a la adolescente Florencia Isabel Torrez se fugó de la vivienda a donde había sido enviado por la Justicia. Aparentemente el juez actuante dispuso que siga en prisión domiciliaria porque se habría concluido que padece una enfermedad mental.
Lo de "aparentemente" es porque ayer no fue posible obtener información oficial al respecto, aunque la presencia del femicida en localidad de Pichanal, escenario de estos hechos y su posterior huida, fue confirmada a Salta/12 por habitantes de ese pueblo, donde también reside la familia de la niña asesinada.
La novedad de la huida del femicida causó consternación ayer en la familia de la víctima y en otros integrantes de la comunidad indígena ava guaraní donde reside. Es que el femicida amenazó de muerte a la hermanita menor de Florencia. "Le dijo que la iba a ir a buscar a ella. Eso nos angustia más aún", sostuvo ayer una vocera del grupo Kuape Äi (Aquí Estoy), integrado por mujeres de la comunidad guaraní Misión San Francisco, ubicada también en Pichanal.
Miembras de este grupo, que viene acompañando a la familia, se manifestaron anoche frente a la sede policial de Pichanal, en repudio a "la decisión del juez de otorgarle la domiciliaria y que se les haya escapado así tan fácil", informó la vocera.
No se sabe con certeza cuándo exactamente se decidió que cesara la prisión preventiva efectiva del joven, identificado como Kevin David Torres, miembro de una familia criolla de Pichanal. La vocera de Kuape Äi contó que el 21 de julio se comentaba que se le iba a dar la domiciliaria y que a raíz de esos rumores el padre de Florencia, Ariel Darío Torrez, hizo las consultas y se le informó que efectivamente había un pedido en tal sentido de la defensa del joven e iba a ser trasladado a la ciudad de Salta para una pericia sobre su salud mental.
El padre participa del proceso judicial en calidad de querellante, con el patrocinio de una abogada del Estado provincial. La vocera de Kuape Äi indicó que esta letrada se comunicó ayer para informar que había pedido una consigna policial en la casa de la familia, que se toma muy en serio las amenazas del femicida porque antes de atacar a Florencia también la había hostigado y amenazado de muerte, reiteradamente. Si, como dicen, tiene una discapacidad mental eso "lo hace aún más peligroso en esta situación", razonó la vocera de Kuape Äi.
La vocera insistió en que los operadores del sistema de justicia de Salta no brindan información suficiente al padre de la adolescente asesinada. Dijo que cree que no le notificaron del momento en que el femicida fue enviado a su casa. Y ayer se enteró de su huida por una integrante de Kuape Äi. "Me parece reinjusto que se tengan que enterar por una compañera nuestra de la organización que el asesino de su hija se escapó", lamentó.
"Hoy la familia está muy asustada, piensa que está en peligro". Anoche la policía no lo encontraba, "sentimos que no lo están buscando", insistió la vocera, quien reconoció que las mismas integrantes de Kuape Äi están "muy preocupadas" por "la seguridad de la familia y especialmente de su hermana (de Florencia)".
Una historia de abusos
El hombre que mató a Florencia Torrez a la edad de 14 años, abusaba de ella por lo menos desde sus 11 años. El agresor fue identificado rápidamente, por información de cercanos a la familia de la víctima se supo que asistía a una escuela especial.
Florencia era huérfana de madre y para cuando fue asesinada residía en la comunidad Nueva Jerusalén, del Pueblo Ava Guaraní, en Pichanal, junto a su padre, su madrastra, Nancy Campos, y su hermana menor, dos medio hermanos y otros hijos de su madrastra.
Florencia y su hermanita habían nacido en la comunidad Misión Wichí, también de Pichanal, en el departamento Orán. Su padre y su madre se separaron cuando las niñas eran todavía muy pequeñas y cuando tenían cuatro o cinco años su madre se acompañó con un hombre de Misión Carboncito, otra comunidad wichí, a donde fueron a vivir, ya en el departamento San Martín, en el extremo norte provincial. Pero la madre falleció hace unos tres años y las hermanas fueron a vivir con su padre, que había formado una nueva familia. Por lo que se sabe, Florencia no se acostumbraba en este nuevo lugar al que le tocó ir a vivir.
La familia de Florencia es de escasísimos recursos económicos. El padre realiza changas como jornalero en fincas de la zona.
Florencia fue asesinada la tarde del 5 de marzo. Su cuerpo fue abandonado cerca de la ruta provincial 5, en un lugar próximo al cementerio de Pichanal. Su agresor la atacó con un cuchillo con el que le provocó al menos dos heridas en el pecho.