Todo el mundo, incluso el mismo Lionel Messi, no veía un futuro diferente en el corto plazo: la renovación de su contrato estaba al caer y el futbolista se lo comunicó a sus amigos Leandro Paredes y Ángel Di María en una cena durante sus vacaciones en Ibiza, pero de golpe todo cambió y el 5 de agosto del 2021 pasó a la historia como la fecha de su increíble salida de Barcelona.
"Leo Messi no seguirá ligado al FC Barcelona", tituló el club en un comunicado frío a las 10.32 de la mañana de la Argentina. La bomba explotó inmediatamente en todo el planeta, los portales se llenaron de noticias relacionadas, las redes sociales generaron todo tipo de contenidos y el apellido Messi fue tendencia mundial como tantas otras vez, aunque esta ocasión por un motivo diferente.
La causa explicada por la institución presidida por Joan Laporta en el texto fue la siguiente: "A pesar de haber llegado a un acuerdo y con la intención de firmar un nuevo contrato, no se podrá formalizar debido a obstáculos económicos y estructurales (normativa de LaLiga española)".
"Ante esta situación, Lionel Messi no continuará ligado al FC Barcelona. Las dos partes lamentan profundamente que finalmente no se puedan cumplir los deseos tanto del jugador como del Club", completó el mensaje del club catalán.
El futbolista estaba en su casa esperando a Jorge, su padre, que esa misma mañana se había juntado con el presidente para ultimar los detalles de una larga negociación, que en los días anteriores tuvo varias críticas del titular de LaLiga de España, Javier Tebas, en relación a los números del FairPlay Financiero.
La llegada de su padre fue el punto de inflexión: la historia de tantos años arribó a su final con total frialdad, lejos del césped del Camp Nou, donde conquistó 10 ligas españolas y cuatro Champions, entre tantos títulos. El mazazo lo hizo llorar, así lo contó en una nota brindada posteriormente en la BBC de Londres, aunque debió afrontarlo para contárselo a su compañera de vida, Antonela, y luego a sus tres hijos, Thiago, Mateo y Ciro.
"Muchas veces pensamos demasiado y los chicos lo aceptan de una manera que no creemos. Thiago sé que es como yo, que lo está sufriendo por dentro sin expresarlo, pero tampoco es nada grave. Se adaptará como se adaptan todos. Va a ser una nueva experiencia para él y para crecer a nivel personal", relató Messi en dicha entrevista.
La casa de los Messi se revolucionó, llantos de Antonela y Lionel al tiempo que los niños estaban en la escuela y a pensar "cómo seguir" en la carrera del futbolista que venía de ser campeón de la Copa América en Brasil con sus amigos en la Selección Argentina. La mochila que se quitó esa noche en el Maracaná se sobrecargó en una tarde de su amada Barcelona. El rosarino dejó un legado de 10 Ligas, siete Copas del Rey, cuatro Champions League, ocho Supercopas de España, tres Supercopas de Europa y tres Mundial de Clubes.
La relación de Messi y Barcelona venía siendo tirante después del 8-2 sufrido ante el Bayern Múnich en la semifinal de la Liga de Campeones de 2020. De hecho, en ese momento el futbolista pidió irse y mandó el recordado burofax avisándole que buscaría un "nuevo destino", aunque el club se plantó por una cuestión legal y lo retuvo una temporada más, lo que le valió la salida al mandamás Josep María Bartomeu, con quien la relación estaba rota tras prescindir de los servicios del uruguayo Luis Suárez.
Los hinchas no digirieron la noticia, se acercaron, como sucedió en el 2020, a los alrededores del Camp Nou para pedir por la continuidad de Messi pero la historia ya era cosa juzgada: el nuevo destino sería París, con sus luces y sombras en un equipo que compra jerarquía pero todavía no adquirió la grandeza de otros. Messi dijo: "Ici C'est París (Aquí es París)" y dejó atrás el "Visca Barca, Visca Cataluña" para otro momento.