En medio de un hermetismo comunicacional que es una rareza para la dinámica habitual del Gobierno Nacional, el ministro de Economía, Producción y Agricultura, Sergio Massa, zurció un acuerdo político de emergencia con diferentes sectores para delinear lo que, visto en la perspectiva corta, parece ser el primer indicio de un plan con objetivos concretos. Una serie de pedidos, gestiones y conexiones que destrabaron una situación que una semana atrás parecía en vía muerta. El programa del flamante funcionario tiene dos o tres puntos importantes: el primero y más relevante, la idea de la “fábrica de dólares” para reforzar las arcas y calmar la inestabilidad; el segundo, una red de lugartenientes que trabajan articulando con sectores (ver aparte) y, el tercero, una ampliación de las facultades de la Secretaría de Comercio, que ahora reúne a Interior y Exterior, es decir, el manejo completo de variables centrales para la estabilización de producción y precios.
Apurado por los tiempos de una economía con serios problemas de inflación y distribución del ingreso, unos días antes del anuncio de las medidas en el microcine de Hacienda, Massa mantuvo una serie de reuniones en su oficina de Libertador al 800 y otras dependencias con empresas de energía, agroindustria, pesca y minería para plantearles la necesidad de ayudar en el corto plazo ingresando divisas. Estuvieron en esas mesas directivos de Exxon, Barrick Gold, Newsan, La Serenísima, grande automotrices, petroleras nacionales y compañías de la economía del conocimiento. Todas empresas que exportan en volumen y, sobre todo, aquellas que venden por más de 1000 millones de dólares. Fue el inicio de la ingeniería para poner en funcionamiento el anhelo de un shock inmediato de divisas.
A diferencia de lo que se cree, y es este el dato central, Massa no planteó un esquema de dólar diferencial ni la variante que se le otorgó al campo primario del dólar “soja”, sino puso sobre la mesa la posibilidad de que adelanten exportaciones y/o las pre-financien para “rearmar las reservas”. A cambio ofreció algunos beneficios que ya están disponibles y otros nuevos.
Según contaron a Página I12 fuentes oficiales, aquellas empresas que adelanten la liquidación de exportaciones podrán depositar en dólar link en una cuenta del Banco Central (BCRA) todo lo que ingresen hasta que lo liquiden como exportación. Y el segundo estímulo que está en la mesa de negociación es que aquellas firmas que obtengan pre-financiamiento en el exterior para producir y exportar, puedan traer las divisas y dejarlas depositadas en una cuenta remunerada del BCRA, es decir, una especie de plazo fijo para que no pierdan. Todo teniendo en cuenta que el único beneficiario de esta acumulación es el Estado, que recompone reservas. Ese plan de reservas se resolvió, según diferentes fuentes privadas, en no más de 72 horas.
Ahora bien, ¿de dónde salen los 5000 millones que Massa prometió ingresarán en 60 días? Según el Gobierno, es una suma de los 2000 millones de dólares que el campo primario ya le entregó a la agro-exportación y que no tiene un precio fijado, más un esfuerzo extra de otros sectores vinculados que podría acercarse a otros 1000 millones. El resto lo completan más de 1000 millones de las mineras y algo de la pesca.
Por otra parte, mañana viernes Massa recibirá a la Mesa de Enlace, donde volverá a ponerse edn debate la opción del dólar soja, que es el único beneficio posible a ese sector dado que no es un rubro que exporte, sino que vende. Ergo, es imposible de captar su voluntad por otras vías de estímulo. Allí, según supo este diario, podría sumarse a la mesa de la carne, para que también aporte.
El resto del refuerzo de las reservas se hará con cerca de 2000 millones de dólares de organismos internacionales y las leyes de estímulo para las exportaciones incrementales, normas que ya rigen para el sector autos pero que están pendientes para la agroindustria. Pero esta última ya no es una solución de coyuntura urgente como sí lo es la negociación con las empresas. La pregunta, en este contexto, es por qué funciona hoy un mecanismo que hace una semana no se vislumbraba. La explicación sólo puede darla el sector privado, que tomó de manera positiva la llegada de Massa.
La idea del ministro de Economía es que estoy dólares iniciales, de concretarse, apalanquen la situación mientras a mediados de agosto se espera que aflojen los gastos en divisas que el Banco Central hace para pagar importaciones de energía.