La marcha convocada para el 17 de agosto por la CGT se está convirtiendo en un verdadero pesar para una parte de la conducción de la central obrera, la más cercana al presidente Alberto Fernández y, sobre todo, al ministro de Economía, Sergio Massa. Y es así porque es necesario ratificar una y otra vez la realización de la movilización que no tendrá oradores y solo se leerá un documento que todavía se está redactando.
El sector que responde a Héctor Daer avanza en la realización de la movilización empujado por grupos sindicales aliados, como los gremios que integran el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA) o del extriunviro Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento).
También lo empujan las organizaciones gremiales que giran alrededor del eje Camioneros y Smata, que fueron los que plantearon primero la movilización aunque con matices que Daer, con los Gordos e Independientes, no aceptaban. Esto es marchar hacia las organizaciones empresariales responsables de la inflación y hasta de la corrida cambiaria.
La necesidad de movilizar no se pudo contener y entonces lo que Gordos e Independientes lograron imponer es la marcha desde el Obelisco al Congreso sin escenario, sin oradores y la sola lectura de un documento. La consigna es contra los especuladores. Hasta ahí llegó el acuerdo.
Ayer, por caso, Daer volvió a reiterar que la marcha se hace. Lo mismo hizo el otro triunviro, Carlos Acuña, que en entrevistas radiales tuvo que repetir que no se suspende. Para colmo, el ministro Massa dijo el día que asumió que pensaba en un incremento salarial a través de una suma fija para los trabajadores que reciben sueldos entre 50 mil y 150 mil pesos.
La propuesta de Massa puso a Daer y sus aliados inquietos y hasta molestos. Estos habían acordado con el presidente Alberto Fernández que todo incremento salarial se iba a realizar a través de la negociación paritaria. Es un tema que se arregló una vez que finalizó la pandemia y que se renovó cuando comenzó la escalada inflacionaria. Pero ahora apareció Massa con la suma fija.
"No se trata de rechazar el bono", dijo Daer y aclaró que "los aumentos salariales tienen que realizarse en el marco de las paritarias", insistió ayer.
El moyanismo comparte y respalda la reivindicación de la paritaria como la mejor herramienta para lograr que los trabajadores vean incrementar sus salarios y que lleguen a un nivel de poder adquisitivo que los proteja de las inclemencias de la inflación. Sin embargo, este grupo mantiene una diferencia con el que representa Daer y es que no tienen problemas en que el gobierno otorgue una suma fija. Eso sí, advierten que esa "bono" no podrá suspender ni desplazar la negociación paritaria.