Hiroshima llamó este sábado a la desnuclearización para evitar que se repitan los horrores del bombardeo atómico sobre la ciudad japonesa cuando se cumplen los 77 años del devastador ataque, y en un momento marcado por la escalada de tensiones globales.
La ciudad celebró este sábado una ceremonia en memoria de las víctimas en el Parque de la Paz, ubicado cerca del epicentro de la explosión, y en la que participaron el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, el primer ministro nipón, Fumio Kishida y sobrevivientes al bombardeo.
El primer ministro japonés destacó que el movimiento hacia un mundo libre de armas nucleares parece ralentizarse, ante lo que apeló desde Hiroshima a plantarse y comprometerse a que nunca se repita una tragedia similar.
Además, Kishida reiteró que Japón respetará su triple compromiso antinuclear (ni desarrollar, ni poseer, ni permitir el despliegue en su territorio de este tipo de armas), a pesar de que ciertas voces desde su partido llamaron a replantearse estos principios ante la escalada de tensiones en Asia-Pacífico. "Japón reconciliará la situación de seguridad regional con su deseo de lograr un mundo libre de armas nucleares", afirmó el mandatario nipón, quien apuntó a la cumbre de líderes del G7 prevista para el próximo mayo en Hiroshima como ocasión para impulsar el desarme nuclear.
"Sólo nos separa del apocalipsis un error, un malentendido o un fallo de cálculo", dijo Guterres durante su discurso en la ceremonia, que este año contó con representantes de la cifra récord de 98 países y organismos. Sin embargo, no contó con la presencia de Rusia ni Bielorrusia ya que no fueron invitados por las autoridades niponas debido a la guerra de Ucrania. Por otro lado, Guterres afirmó que existen señales de esperanza como la décima conferencia de revisión del Tratado de No Proliferación nuclear (TNP) que se celebra en Naciones Unidas desde principios de mes.
El Gobierno que lidera Kishida considera que el TNP, otra iniciativa paralela firmada por la mayoría de países del mundo, es una herramienta eficaz para lograr el desarme. Aunque la revisión que se discute hasta finales de mes en Naciones Unidas para reforzar su aplicación tiene escasas posibilidades de terminar en consenso.
Por su parte, el alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, llamó a Japón a servir de puente entre los países poseedores y los no poseedores de armas atómicas para erradicar del planeta unos artefactos que, según el alcalde, amenazan la supervivencia de la raza humana. "Confiar el botón nuclear a cualquier líder del mundo conlleva el riesgo de que se repitan los horrores que sufrimos en Hiroshima", destacó Matsui.
Hiroshima fue el objetivo de la primera bomba atómica empleada en combate de la historia. El ataque exterminó en el acto a unas 80 mil personas, la gran mayoría de ellos civiles, un número de víctimas mortales que se elevó a 140 mil por las heridas y enfermedades derivadas y que en los años posteriores sumaron más del doble.