El destino suele sorprender a cada instante, y lo que se había iniciado hacia una dirección puede desembocar en otra totalmente diferente. El argentino Eulalio Muñoz comenzó su carrera deportiva en una actividad, y se destaca ahora en una en la que no había imaginado.
El fondista de 27 años se dedicó al fútbol desde los ocho hasta los 16, y fue el maratón lo que lo terminó captando por completo. "A los 16 años comencé a correr y este deporte me atrapó. Es una actividad solitaria y depende del esfuerzo que uno le ponga. Me gustó muchísimo porque hay que trabajar muy duro para conseguir las cosas. Llevo diez años corriendo ya", le cuenta Muñoz a Líbero.
El abondono del fútbol no fue por decisión personal, sino por el cierre del club en el que se desempeñaba. "El fútbol lo dejé -continúa Muñoz- porque el club (Deportivo Gualjaina) cerró sus puertas. Yo vivía en ese lugar y me quedé sin hacer deporte. Como salía a correr siempre, me invitaron a una carrera en mi pueblo. Esa competencia la gané y desde ahí me fui metiendo".
El recuerda que soñaba "con ser Maradona, con jugar en Primera”, pero tuvo que postergarlo para darle lugar a la otra pasión que un día descubrió. "Después de esa carrera que gané me invitaron a correr la Maratón del Paraíso en Esquel. Me hablaron de 5k y 21k, para mi ir a Esquel era lo máximo, no conocía otra ciudad. A veces viajaba con mi papá (ya fallecido) a cobrar su jubilación, esas eran mis vacaciones", explica.
Y remarca: "En el momento de inscribirme no había cupo en los 5k, y me anoté en los 21k sin tener idea. Gané la categoría, me dieron una plaqueta, sentí que eso era lo mío. Recuerdo haber corrido con zapatillas y pantalón de fútbol todos rotos, no tenía otra cosa, jaja".
Muñoz -forma parte del Team Herbalife Nutrition Argentina, compañía que lo acompaña en su carrera desde el año 2019- va esperando que las cosas se desarrollen, y no se pone plazos en la actividad: "Voy viendo lo que sucede día a día, y el sueño por ahora es mejorar año tras año. Lo del Mundial de Oregón fue como una inyección anímica y eso es muy bueno".
En tierra estadounidense, precisamente, en el certamen que se celebró entre el 15 y el 24 de julio últimos, él obtuvo el 41° puesto con un tiempo de 2h14m29s, y fue el primer atleta argentino de la rama masculina en finalizar la prueba.
"La verdad que no sabía que los argentinos que habían participado en la prueba de maratón de un Mundial nunca la habían terminado. Por un lado estoy contento, porque significa que voy a quedar en la historia del atletismo y es algo muy lindo. Y además es un honor representar al país en la cita principal que es un Mundial", comenta. Y agrega: "Nunca me imaginé una situación así, de quedar en los libros de la actividad. Cuando comencé sabía muy poco de este deporte, y a medida que fueron pasando los años me fui metiendo más y me interioricé también. Nunca se me había pasado por la cabeza que podía cumplir esto. Así que estoy viviendo un sueño".
Los que habían participado anteriormente de la prueba en un Mundial habían sido Alfredo Maravilla (Helsinki '83), Jorge Yeber (Roma '87) y Mariano Mastromarino (Londres 2017). Los tres, por diferentes situaciones, tuvieron que abandonar.
Muñoz corrió el séptimo maratón en su campaña. El debut fue el 7 de abril de 2019 en Rotterdam (17°), con 2h15m48, y ese mismo año fue 7° en el maratón de Buenos Aires con 2h12m21. El 1° de diciembre marcó 2h11m25 en Valencia, y esa prueba la repitió un año después (diciembre de 2020) con su marca personal de 2h09m59. Eso le valió ser el segundo argentino en la historia que corría por debajo de 2h10m.
En los Juegos Olímpicos de Tokio, el 8 de agosto del 2021 en Sapporo, finalizó 31° con 2h16m3. El 5 de diciembre volvió a Valencia y fue 32°, con 2h11m56. Lo más inmediato para él será competir en el Sudamericano de medio maratón, en Buenos Aires, el 21 de agosto próximo, en donde representará a Argentina. Y el año que viene estará el Mundial de atletismo nuevamente, en Budapest. "A medida que pasen los meses nos iremos enfocando con mi equipo, en lograr las marcas que se necesitan para los torneos", aclara Muñoz.
El corredor trabaja como empleado público en Esquel, en un Centro de Acción Familiar (CAF), de 8 a 14 horas, y se entrena antes de la jornada laboral, desde las seis, y por la tarde también. Al mismo tiempo, se encuentra estudiando inglés. "El idioma me sirve porque me toca viajar mucho al exterior", aclara.
"Primero tengo que hacer -añade el protagonista- la marca mínima para clasificar al Mundial de Budapest, que es 2h9m40, y luego ver lo que sucede en los torneos nacionales o sudamericanos, porque la clasificación es por marca mínima o por ranking. Entonces es importante sumar puntos".
Muñoz creció en una familia humilde, y vivió desde niño en el campo en el Paraje "Piedra Parada", para luego trasladarse con sus padres a Gualjaina. La madre, Clotilde, tiene 60 años, y posee tres hermanos: Antonio, Albino y Violeta. El vive en Esquel con su novia y su mascota.
"Ellos me apoyan mucho y me alientan para que siga adelante. La que no entiende mucho es mi mamá, pero cada vez que corro me pregunta si gané o perdí", expresa. Seguramente, la madre ya estará enterada que su hijo entró en la historia de la maratón.