“Cabe preguntarse: ¿qué hubiese sucedido si en el día de ayer se hubiesen dado a conocer fotografías en las cuales los miembros del Tribunal hubiesen aparecido jugando al fútbol con las personas que están siendo juzgadas en este proceso? Sin lugar a dudas, estaríamos en presencia no sólo de un escándalo nacional, sino también ante la inmediata promoción de una causa penal en contra del juez que habría desarrollado tal conducta y la promoción de su juicio político”. El párrafo es parte del escrito de recusación presentado por los abogados de Cristina Fernández de Kirchner en el juicio por la obra pública de Santa Cruz y a raíz de las fotografías publicadas por Página/12. El fiscal Diego Luciani pidió contestar la recusación al comienzo de la audiencia de este lunes, pero los jueces señalaron que otras defensas también anticiparon que presentarán recusaciones, por lo cual le dijeron a Luciani que debe esperar.
El texto de Carlos Alberto Beraldi y Rubén Llernovoy recuerda lo ocurrido cuando se difundió una noticia falsa: que el juez Sebastián Casanello habría visitado la Quinta de Olivos para verse con CFK. Se promovió denuncia penal y se pidió juicio político al magistrado. Finalmente se descubrió que la base fueron dos testigos falsos contactados por abogados ligados a la Agencia Federal de Inteligencia macrista. Ambos testigos ya fueron condenados. Pero exhibe -sostienen los defensores- la doble vara: se pretende dejar pasar que “un fiscal puede impulsar una acusación sabiendo que quien decidirá es un juez que es su amigo”.
Todo el texto hace hincapié en que no existe ni independencia ni imparcialidad en el proceso de Vialidad. Pero el planteo va más allá de este mismo juicio. Se vuelven a preguntar los defensores. “ ¿No pensaron siquiera que jugar partidos de fútbol en la quinta de Macri representa una conducta que no es compatible con los deberes de imparcialidad y objetividad que deben observar los miembros del servicio de administración de justicia?” “Esta relación personal, que se mantuvo en todo momento bajo reserva, debió haber sido comunicada a las defensas. La grave omisión en que incurrió el juez Gimenez Uriburu contó con el aval explícito del fiscal Luciani”.
Hay abundantes antecedentes tanto en la jurisprudencia argentina, como textos de la ONU y otras bases internacionales que dejan en claro que los integrantes del servicio de justicia no deben tener encuentros con políticos, ni públicos ni privados, salvo los que sean protocolares. Y esto está resaltado por Beraldi y Llernovoy: “es de público conocimiento que el gobierno de Mauricio Macri, cuanto menos, seguía con particular atención y evidente interés político el trámite de todas las causas promovidas en contra de Cristina Fernández de Kirchner. Y ahora, luego de cuatro años de que la causa quedara radicada ante este Tribunal -a través de un sorteo cuya nulidad fuera planteada por esta defensa, por su falta de transparencia- se conoce que el fiscal que impulsa la acción penal y uno de los jueces que deben dictar sentencia también jugaban partidos de fútbol, juntos, nada menos que en la quinta del propio Macri”. En referencia a los otros políticos del PRO que jugaban en el equipo -Robi Martínez, cuñado de Horacio Rodríguez Larreda, Jaime Méndez, intendente de San Miguel, Luis Lobo, exsecretario de Deportes de CABA-, los defensores se pregunta “¿es lógico que el juez y el fiscal se fotografíen con dirigentes políticos cuando tienen que participar en procesos judiciales?”.
Hay un párrafo dedicado a la participación del integrante de la Cámara Federal, Mariano Llorens, en el equipo. “Llorens ratificó varios procedimientos contra la doctora Kirchner, rechazó todos los planteos efectuados por su defensa, negó la existencia de una organización ilegal de inteligencia montada desde la cúspide del gobierno encabezado por Mauricio Macri y, por si ello no bastara, también visitaba a Macri en la Casa de Gobierno”. Llorens figura en la página de Liverpool, el equipo de fútbol, sino que también aparece -juega de arquero- en la alineación.
Con estos argumentos, Beraldi y Llernovoy no sólo dieron por presentada la recusación sino que pidieron tratarla oralmente en la audiencia del juicio.