Gabriel Sanabria recibio ayer el alta definitiva y en horas del mediodía emprendió el regreso a San Javier, su ciudad natal. El policía pasó más de dos meses internado, gran parte de ellos en terapia intensiva, tras haber recibido un feroz ataque a balazos en Arijón al 400. En el ingreso de la clínica de Paraguay al 2200, donde paso estos últimos días, y junto con su familia, habló con los periodistas que lo esperaban ansiosamente para tener su declaración. “Quiero agradecer a toda la gente que brindó su plegaria y me dio su apoyo. Ahora a disfrutar lo que queda de la vida”, dijo. No faltó un cálido aplauso del personal de salud del centro de rehabilitación, de quienes aseguró “se llevará los mejores recuerdos", ya que entró en silla de ruedas y se fue caminando. “Estoy muy contento”, exclamó. Y sostuvo que mantiene el deseo intacto de seguir siendo policía. “Será en lo que pueda desempeñarme como estoy, igualmente mañana ya sigo con rehabilitación, queda un camino duro, pero hay que seguirlo”, completó.