El interior de Catamarca alberga un pueblo de menos de dos mil habitantes en el que la posibilidad de que sus niñas y niños estudien tecnología se convirtió en una trampa.
El encargado de impartir las clases en el Nodo Tecnológico de El Salado, en el departamento Tinogasta, fue denunciado por abuso sexual el 20 de julio por la mamá de tres nenas que tomaban sus clases con él.
"Se llama Alejandro Sosa y era el encargado del Nodo", cuenta a Catamarca/12 Natalia, tía de una de las nenas abusadas.
Esa tarde del 20 de julio, la mamá vio llegar a sus tres niñas de la mano. Habían ido al Nodo a tomar las clases pero algo pasó. Sosa había mandado a las dos niñas más grandes a comprar galletitas. Cuando volvieron lo descubrieron abusando de la más pequeña. Inmediatamente la vistieron y salieron juntas a contarle lo ocurrido a su mamá. "Ellas volvieron rápido del quiosco porque sabían que no tenían que estar separadas, por eso lo vieron", explica la tía.
La mamá acudió en el acto a realizar la denuncia en la comisaría, y comenzó un largo peregrinar. Las niñas fueron llamadas a contar varias veces la historia con un psicólogo de Tinogasta (la localidad cabecera), y luego trasladadas a la Capital para ser sometidas a la Cámara Gesell.
Sosa dictaba cursos de tecnología sin ser docente. Pasaba muchas horas con menores en el salón: "Lo curioso es que este chico las llamaba solo a las nenas para tomar clases. Era una persona que se mostraba amigable y se hacía querer. Le tenían absoluta confianza", cuenta la tía.
Mientras que las medidas por las que tuvieron que pasar las niñas se dictaron en el acto, el pueblo está indignado porque a Sosa no le dictaron prisión preventiva. Siguió dando clases incluso hasta después de haberse hecho la denuncia. A pesar de los testimonios concluyentes a los que se sumó el de otra niña que también señala a Sosa como su abusador, según el testimonio de Natalia, Sosa sigue libre.
"Lamentamos que la Justicia sea tan lenta para estos casos. Fue muy doloroso por lo que tuvieron que pasar mis sobrinas, porque al ser nenas de pueblo hubo que trasladarlas varias veces a la capital de Catamarca para que cuenten los hechos y ha sido muy feo", dijo.
Vecinas y vecinos indignados decidieron comenzar una serie de cortes de ruta para exigir la prisión preventiva de Sosa.
Reclaman además que nunca se hizo un control de los espacios ni de quién impartía las clases: "Cómo puede ser que enseñaba a niños sin ser profesor", lamentaban muchos de los vecinos que ayer por la tarde participaron del corte que se hizo en horas de la siesta en la Ruta 60 en El Salado.
"Él tenía el salón todo tapado con afiches. No era visible lo que pasaba adentro. Nunca se podía ver nada", relata la tía de las niñas.
Antes de iniciar los cortes, el pueblo tuvo que levantarse para que se acelere el accionar de la Justicia. "Recién ahí avanzó el caso. Queremos que Sosa deje de andar por la calle como si nada. Se cambió de nombre en las redes pero su vida sigue normal", asegura Natalia. "Nos molestó también que si nosotros no hacíamos este corte, el municipio no le daba contención a la familia. Y que permitieran que siguiera enseñando dos días más a menores, aún después de haberse radicado la denuncia".
Los vecinos aseguran que los cortes seguirán durante los próximos días hasta que se dicte la prisión preventiva a Alejandro Sosa.