Acercarle a Carlos Gardel a las nuevas generaciones fue el primer propósito que Inés Cuello –gran cantante de estos tiempos- se trazó, junto al Quinteto La Grela, al momento de concebir un disco cuyo nombre da un axioma: Gardel. “Fue el cantante y compositor que abrió las puertas del mundo al tango y la cultura que el tango representa… dueño de una voz única, de una enorme sensibilidad, él es un ícono a quien no podemos menos que rendirle homenaje. Por eso este disco”, introduce y legitima la cantante, incorporando in situ un segundo propósito: homenajear al creador de “Volver”.
Junto a Pablo Fraguela en piano, arreglos y dirección; Diego Tejedor, en violín; Rubén Slonimsky, en bandoneón; Rafael Espinoza, en violonchelo y Ricardo Cánepa, en contrabajo, la cantante mostrará el disco en vivo este jueves en a las 20.30 en el Café Berlín (Av. San Martín 6656) tras haberlo hecho recientemente en la trigésimo octava edición del Festival de Tango de La Falda, donde el grupo compartió la noche final con Susana Rinaldi, Osvaldo Piro y el Sexteto Mayor.
“Volver a grabar a Gardel, volver a cantar su obra, apostar a este repertorio parte también de complacernos a nosotres mismes: somos amantes de su obra y disfrutamos enormemente de tocar este repertorio. Luego, a partir de la convicción de la importancia vertebral que estas obras han tenido y tienen buscamos refrescarlas, traerlas al presente sumando nuestras interpretaciones, acercarlas al público que por distancia temporal ya no escucha las versiones originales”, es otro de los propósitos que Cuello pensó a la hora de tramar su trama gardeliana, algo que por supuesto se respirará en el aire del Berlín, donde –a manera de plus- La Grela y su musa tocarán cuatro obras que no están en el disco. “Todo esto dentro del ritual sagrado que significa siempre la música en vivo, ¿no?… alegría, música viva, celebración, vibración sostenida y la evocación de la mística gardeliana es lo que prometemos”, prevé Cuello.
Nominado a los premios Gardel en el rubro “Mejor álbum de grupo de tango”, el trabajo consiste en la recreación de diez clásicos del morocho del Abasto, todos de su cosecha con Alfredo Le Pera. Entre ellos, “Arrabal Amargo”, “Cuesta abajo” y “El día que me quieras”. “Fue el primer tango que canté en mi vida, a los 5 años, en el coro del jardín de infantes de Carlos Tejedor, la ciudad en que nací. Todavía no tenía idea de qué se trataba el amor romántico que su letra expone”, ríe y evoca la cantora, sobre “El día que me quieras”. “De 'Arrabal amargo', en cambio, lo que más disfruto es cantar el arreglo de Pablo, que comienza con un diálogo íntimo entre la voz y el contrabajo, ejecutado exquisitamente por Ricardo, y luego incorpora todos los instrumentos del Quinteto en el cambio a la modalidad mayor. Se logra así una diferencia discursiva musical, que acompaña lo que la letra va narrando”.
-¿Te falta “Cuesta Abajo"?
-Sucede algo similar, pero el comienzo es en diálogo íntimo con el piano. No hay vez que cante esta obra, con este arreglo, en que no se me erice la piel de todo el cuerpo en el momento justo en que entran todos los instrumentos. Tiene una potencia y un dramatismo que me conmueve profundamente.
-¿Cómo volver sobre Gardel desde lo femenino, con todo el continente de sentidos que ello implica?
-Creo que interpretar estas obras, tan conocidas mundialmente y nacidas en un momento del mundo en que el machismo reinaba a sus anchas, es algo necesario; aún cuando el paso del tiempo y el avance de la sociedad en relación al modo de vincularnos va dejado atrás la forma del amor que estas obras relatan. Considero a estas canciones como un documento histórico, y como tal (siendo la historia un relato contado por hombres) el enfoque que podemos darles las mujeres y disidencias, siempre va a generar un discurso renovado que por supuesto celebro.
-¿Qué otros propósitos te trazaste para completar tu trama gardeliana?
-Bueno, el repertorio gardeliano está dotado de un vuelo melódico y lírico sin igual. No es extraño ser cantante de tango y tener como desafío cantar a Gardel. Tampoco es simple. Sin lugar a dudas, lograr versiones propias que sumen un lenguaje interpretativo actual a las propuestas originales y que las honren, fue el mayor reto que enfrentamos... Estos tangos han recorrido el mundo en sus versiones originales y han sido interpretados por innumerables personas en todo el mundo.
-El recorte siempre implica un problema. ¿Por qué la elección del repertorio recayó solamente sobre los temas que Gardel concibió con Alfredo Le Pera?
-Porque son las obras que están en nuestro imaginario visual y por haber sido parte de las películas que Gardel filmó en Francia y Estados Unidos. Esto nos dio un repertorio muy conocido para el público, sobre el cual nos pusimos a trabajar con mucho amor y respeto.