En el marco del juicio por el femicidio de Verónica Soulé, que comenzó este lunes en los tribunales San Jorge, ayer declararon su madre y sus hermanas. "Conté ante los jueces toda la violencia que él ejercía sobre ella. Mi hija pesaba 45 kilos, porque él ni comer la dejaba. Le decía que si subía de peso la dejaría. Queremos que se haga justicia", dijo Graciela Ríos, la mamá de la joven que tenía dos hijxs con Lisandro Cabral, quien está sentado en el banquillo con pedido de prisión perpetua. El juicio oral es una de las luchas que lleva adelante la familia de Verónica, que al mismo tiempo insiste con la restitución de lxs hijxs de la víctima que "están con la familia del femicida", denunciaron. 

El 17 de marzo de 2020, en la localidad de Pueblo Casas, Verónica terminó prendida fuego y falleció cinco días después en el hospital Provincial de Rosario, donde había sido trasladada ante la gravedad de las heridas. Tenía el 88 por ciento del cuerpo quemado. Tras el episodio, Cabral no llamó a un servicio médico, sino que fue a decirle a la madre de Verónica que ella había se había provocado las quemaduras. Cabral tenía 32 años y, tras las pericias judiciales derivadas del testimonio de Graciela, fue detenido en julio de 2020. 

La mamá de la joven, que tenía 31 años, y sus hermanas no cesaron en el reclamo de justicia durante estos años. "Fue remover todo y nos hace muy mal. En ningún momento dudé (de quién había sido), desde el primer día que él me tocó la ventana y me dijo 'su hija se prendió fuego', yo le dije '¿qué hiciste?'... Llegó antes que nosotros donde estaba mi hija para que ella no nos cuente nada", recordó la mujer sobre aquel día. "Cuatro meses después lo detuvieron. Al principio no me tomaban la denuncia en la comisaría, pusieron lo que quisieron en el papel. La doctora me dijo que el cuerpito de mi hija era un cartón", aseguró Graciela.

Al mismo tiempo, la mujer reclamó que la Justicia de Familia restituya a su familia la guarda de sus nietxs. La mujer relató que tiempo atrás, un familiar del acusado le hizo llegar un mensaje. "Que si me quedaba en el molde, si no seguía con la lucha de las mujeres por justicia, me llevaría a mis nietos los fines de semana. Eso me mandó decir...", recordó. 

Sol, una de las hermanas de Verónica también reprochó la falta de ayuda sobre ese tema: "No tenemos ninguna respuesta sobre la guarda, queríamos una visita, de las que tuvimos muy pocas, porque cuando lo detuvieron a él, esto se cortó y no tuvimos respuesta de ningún lado. Hicimos marchas y nos recibió el juez pero ni siquiera estaba enterado de la causa. Los chicos siguen con los abuelos paternos y perdimos todo tipo de contacto con ellos", lamentó en radio Nacional Rosario sobre la nena de 14 y el niño de 10 años.

En tanto, organizaciones que acompañan el caso aseguraron que se trata de una familia humilde que necesita ayuda y acompañamiento. Espacios como Mumalá y la agrupación Atravesados por el femicidio vienen conteniendo a las hermanas y la madre de Verónica, quienes esperan una condena a prisión perpetua para el acusado. 

Cuando imputó a Cabral, la fiscal Alejandra Del Río indicó que “ambos iniciaron una relación de pareja en 2002, convivieron durante más de 10 años y tuvieron dos hijos”. En ese relato, expresó que el hecho "se produjo en un contexto de violencia de género, caracterizado por el maltrato físico, psicológico y económico: el físico consistió en golpes en su cuerpo y en su rostro en reiteradas oportunidades y de manera continua. Incluso, el imputado llegó a arrojarle objetos". Sobre la violencia psicológica dijo que “se manifestó a través de la culpabilización por lo malo que pasaba en la familia. También realizaba una vigilancia y persecución constantes sobre la mujer, ya que no le permitía salir sola ni hablar con hombres, le exigía que lo obedeciera, la obligó a aislarse de su familia y de sus amigas y la amenazaba con quitarle los hijos y con matarla”, describió en aquel momento, cuando también habló de violencia económica: "Consistió en impedirle que continuara trabajando para convertirse en el único aportante del hogar y generar que la mujer dependa económicamente de él”.

Se espera que el martes que viene se conozca el veredicto del tribunal de San Jorge. Ayer, además de la familia de la víctima declaró un bombero y un psicólogo policial que vio a lxs hijxs de Verónica. "Espero que se haga justicia, que mi hija pueda descansar en paz", se esperanzó Graciela.