Sobre los hombres que pinchan mayoritariamente a mujeres en los espacios de ocio nocturno no sabemos, específicamente, nada. Por ahora no ha habido ninguna detención y tan sólo un presunto autor ha podido ser identificado.
Pero lo que sí sabemos es que son hombres y que los pinchazos en el ocio nocturno —ya sea en discotecas o en fiestas de pueblo— son una manifestación más de las violencias machistas, por lo que las expertas subrayan que hay que poner el foco en los autores.
Por la novedad y también por el desconocimiento de este fenómeno que apareció hace unos meses en países como Reino Unido o Francia, se ha creado mucha alarma en las últimas semanas, alimentada en parte por los medios sedientos de temas en agosto.
Las expertas advierten del peligro de que esto alimente el relato del terror sexual, que empuja a las mujeres a limitar sus movimientos y comportamientos en situaciones consideradas de riesgo, como el ocio nocturno, y pone la responsabilidad en ellas.
"Las víctimas son mujeres y eso no es porque sí. El objetivo es provocar que el espacio público sea un espacio hostil, colocarnos dónde nos quiere el sistema: encerradas en casa", afirma Raquel Gómez, responsable del Àrea de Violències Masclistes del Centre Jove d'Atenció a les Sexualitats (CJAS). Resolvemos algunas dudas con la información que tenemos hasta ahora.
¿Cuántos casos de pinchazos ha habido?
Hasta ahora, los Mossos d'Esquadra han recibido cerca de 25 denuncias por casos de pinchazos en el ocio nocturno en Catalunya. Algunas de las últimas que han trascendido son las de una chica de 14 años agredida durante las fiesta de Castelló d'Empúries (Girona) y la de una de 24 años en la Ràpita (Tarragona). En este caso, la víctima explicó que había visto a la persona que presuntamente la había pinchado, un hombre que los agentes municipales identificaron. También ha habido casos en Lloret de Mar (Girona), Barcelona y Girona, principalmente en discotecas. Hasta ahora, tan sólo uno de los denunciantes ha sido un chico.
¿Se trata de una nueva modalidad de sumisión química?
Los pinchazos son una modalidad de violencia machista, pero por ahora no pueden vincularse con la sumisión química, un fenómeno en el que los agresores administran drogas, fármacos o sustancias que alteren la conciencia de las víctimas para cometer actos delictivos. Hasta ahora no se ha encontrado ninguna sustancia en el cuerpo de las víctimas y por eso no se puede trazar este vínculo. Sin embargo, Gómez explica que en cualquier caso, los tóxicos utilizados en la sumisión química desaparecen rápido de la sangre y por tanto cuestan de detectar, aunque sean administrados a la bebida. Esto explicaría que algunas víctimas hayan sufrido síntomas como mareos. Una de las sustancias que se podría pinchar, por la sintomatología reportada, sería insulina.
¿Debemos preocuparnos por los casos de sumisión química?
Los Mossos han informado que en 2021 y hasta junio de 2022 se han producido 288 agresiones sexuales con sumisión química en Catalunya, una cada dos días. Principalmente, los agresores suministran alguna sustancia a la bebida de chicas y después utilizan su falta de voluntad y/o conciencia para agredirlas sexualmente o robarles. Aunque pueden parecer, una vez más, datos alarmantes, Gómez recuerda que la mayoría de las veces los hombres se aprovechan de situaciones en las que las mujeres están ya en una situación vulnerable debido al consumo de alcohol o drogas voluntario.
La psicóloga destaca que es aquí donde debe ponerse el foco, así como en el trabajo y la prevención con los agresores y no las víctimas. El reparto de 'tapavasos' para evitar la introducción de drogas en la bebida, como se está haciendo en algunas discotecas, no sería, pues, una medida adecuada; coloca, una vez más, la responsabilidad de prevenir el hecho delictivo en la víctima.
Estos delitos se cometen en el ocio nocturno. ¿Es dónde hay más agresiones machistas?
No. Gómez recuerda que la mayoría de agresiones machistas no se dan por parte de desconocidos, ni en ámbitos como el ocio nocturno, sino en entornos de confianza, como la familia o el círculo de amigos. Tampoco son mayoritarias las agresiones sexuales en grupo, aunque también se trate de un delito sobredimensionado en los medios. Hablar de estos delitos sin contextualizarlos contribuye a alimentar el relato del terror sexual, conceptualizado por la investigadora Nerea Barjola en el libro Microfísica sexista del poder. En su propia definición, Barjola considera el terror sexual como "una estrategia heteropatriarcal para controlar, someter y explotar el cuerpo y la vida de las mujeres".
Si no pinchan drogas, ¿por qué lo hacen?
Volviendo a los pinchazos: ante la falta aparente de sustancias en los análisis toxicológicos y el hecho de que no se hayan denunciado delitos posteriores, como agresiones sexuales o robos, surge la pregunta de cuál es el objetivo de los hombres que pinchan. Gómez apunta que podría ser que, una vez creado el caldo de cultivo para generar alarma, otros hombres se hayan aprovechado de él y pinchen sin introducir ninguna sustancia. El objetivo sería "provocar una situación incómoda y de terror", y recuerda que existen numerosos comportamientos machistas que buscan simplemente eso. "¿Por qué te gritan cosas por la calle? Porque pueden incomodarte; simplemente porque pueden hacerlo".
¿En otros países hay más información?
En Reino Unido o Francia hace tiempo que se tiene constancia de casos similares, pero tampoco se ha podido averiguar si se introduce alguna sustancia con los pinchazos ni la mayoría de casos han ido acompañados de delitos posteriores. Gómez apunta que antes de este verano, en Catalunya no se conocía y puede ser que el fenómeno haya llegado por "imitación", introducido de alguna manera por el turismo, ya que, por ejemplo, una de las poblaciones con más casos ha sido Lloret de Mar (Girona), importante población turística.
¿Cómo evitamos que el alarmismo limite los movimientos de las mujeres?
La periodista Andrea Gumes reflexionaba en un tuit sobre cómo este nuevo fenómeno y el relato mediático que se está construyendo a su alrededor impactará en la vida y la libertad de muchas jóvenes este verano: "Me da mucha mucha tristeza pensar en todas aquellas casas en las que no se dejará salir de fiesta este verano a las niñas por el susto de los pinchazos, un verano de mierda para muchas".
Por eso, las expertas insisten en que hay que "poner la responsabilidad a quien toca": "No podemos hablar en neutro sobre cómo 'llega una ola de pinchazos a Catalunya'. Hay personas detrás de este fenómeno", sostiene Gómez. En este sentido, no hay que poner la responsabilidad en las mujeres, sino poner el foco en lo que se puede hacer si alguien es víctima de un pinchazo y enviar mensajes de responsabilidad colectiva ante esta y cualquier tipo de violencia machista. "Como colectividad tenemos una responsabilidad", defiende la psicóloga.
¿Qué hago si a mí o a mi amiga nos pinchan?
La Generalitat actualizó hace pocos días los protocolos para hacer frente a los pinchazos en discotecas. En un documento conjunto de los departamentos de Feminismes y Salut, ofrece guías para su abordaje y para contrarrestar el alarmismo. Que la víctima acuda a un centro sanitario lo antes posible, que se le hagan análisis toxicológicos y se le ofrezcan recursos para el acompañamiento y la denuncia están entre las principales recomendaciones.
La consellera de Igualtat i Feminismes, Tània Verge, destacó que con el protocolo actualizado se harán "las pruebas oportunas". Verge pide no generar "alarma social", ya que hasta ahora no se ha registrado ningún hecho delictivo vinculado a un pinchazo.
Por otra parte, el PSC ha pedido que comparezcan en el Parlament los consellers de Interior, Igualtat y Salut, Joan Ignasi Elena, Tània Verge y Josep Maria Argimon, respectivamente, para dar cuenta de la información que se tiene hasta ahora. También ha registrado una propuesta de resolución para que la cámara inste a la Generalitat a realizar un protocolo de actuación específico en los centros sanitarios de las poblaciones más afectadas. En el escrito detallan que se trata de "hechos muy graves que buscan provocar pánico entre las mujeres para coartarles la libertad".