Una propuesta de trabajo vuelve a juntar a tres amigos de la infancia, que hace 20 años que no se ven, esos niños que supieron aprender jugando a leer la Biblia y participaron de actividades de la parroquia del pueblo, hoy se encuentran llenos de expectativas de poder cambiar de vida y cerrar heridas del pasado. En este contexto se desarrolla la trama de Divinos Siervos, obra recientemente estrenada en el Teatro de la Manzana (San Juan 1950), donde se puede ver todos los viernes de este mes, a las 22.
"Una propuesta fuertemente apoyada en la actuación como fenómeno creador de ficción, en este sentido el trabajo con los cuerpos apuntó a un entrenamiento que incluyó herramientas del teatro físico, ejercicios de composición coreográfica, de las artes circenses y la técnica del viewpoint (puntos de vista escénicos)", dicen sus creadores.
"Los tres seres que protagonizan Divinos Siervos tienen una intensa, revolucionada y tormentosa vida interna que intentan aplacar con poco éxito. Comportamientos de personas con las que se convive día a día y de figuras públicas, que sirvieron de inspiración en la creación y aportaron al universo poético de la obra", dijo a Rosario/12 la directora Magalí Eguiluz.
Divinos Siervos está orientada -‑según sus responsables-‑ a generar en el espectador una atmósfera donde lo cotidiano se vuelve onírico. En julio la obra pasará a La Morada (San Martín 771), todos los sábados a las 22, interpretada por Anahí González Gras, Fernando Sierra y Martín Iriarte, contando con el diseño de iluminación de una especialista como María Fernanda Weber y la producción a a cargo del mismo grupo.