La central nuclear de Zaporiyia tiene a la comunidad internacional en vilo. Actualmente está ocupada por los rusos, pero recibe ataques de las tropas ucranianas. Este viernes la planta recibió varios ataques, de los que rusos y ucranianos se culpan mutuamente de poner en riesgo la seguridad de las instalaciones. Desde el comienzo de la guerra, preocupaba que las hostilidades causasen una accidente. El temor a una nueva catástrofe nuclear en Ucrania ha vuelto tras los recientes ataques a la zona.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, arremetió contra Rusia al insistir en que "los ocupantes crearon otra situación extremadamente peligrosa para toda Europa". El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha advertido que cualquier ataque a una planta nuclear es "una misión suicida". Entre las acusaciones cruzadas desde ambos lados, los ucranianos denuncian un "chantaje" ruso por comprometer la central, mientras que desde Rusia piden presionar a Kiev para que detengan los ataques contra Zaporiyia.
La central nuclear más grande de su tipo en Europa
La central nuclear de Zaporiyia es la más grande de su tipo en Europa. Está controlada por Rusia desde los primeros días de la guerra en Ucrania, aunque sigue monitoreada por técnicos ucranianos. El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, aseguró que funcionaba con normalidad el pasado 7 de junio.
La planta está dotada de seis reactores tipo WWER-1000 y una potencia total de 6000 MW, lo que la convierte en la principal proveedora de electricidad de Ucrania con una generación de entre 40.000 y 42.000 millones de kWh de electricidad. Representa una quinta parte de la producción anual del país y la mitad de toda la producción entre las cuatro centrales nucleares ucranianas.
Actualmente, la planta contiene unas 1.200 toneladas de combustible radiactivo, cuya manipulación podría ocasionar un desastre que afectaría a los ucranianos y a la propia Rusia.
Para comprender las dimensiones de lo que podría suponer un desastre nuclear de estas características, el jefe de la Administración Militar Regional de Zaporiyia, Oleksandr Starukh, comparó la central con una bomba: "Si ocurre un incidente nuclear, no solo el sur de Ucrania, sino también Crimea (ocupada por los rusos) y Rusia se verán afectados. Una bomba nuclear contiene nueve kilogramos de uranio o plutonio, y nuestra planta tiene 1.200 toneladas. La contaminación puede ser bastante alta, pero... es la ruleta rusa", señaló Starukh.
La instalación está situada en la zona esteparia de Ucrania, a orillas del embalse de Kakhovka. Su construcción comenzó en 1981 y se prolongó en varias etapas hasta 1995. En el año 2000 fue reconocida como una de las tres mejores del mundo por cumplir plenamente con los requisitos del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA). Fue también pionera en la instalación en seco de combustible gastado in situ, además de contar con 80 contenedores (aunque podría albergar hasta 380) para almacenar los elementos combustibles irradiados durante toda su vida útil.
Rusia mantiene informado al OIEA y refuerza su defensa antiaérea sobre la central
Desde su ocupación de la zona, los rusos mantienen informados al OIEA sobre la situación de la central. "Regularmente enviamos al OIEA información actualizada in situ, que se ve reflejada en las circulares informativas del Organismo, que desvelan de modo claro las acciones criminales de las Fuerzas Armadas ucranianas, cuya comandancia perdió definitivamente la capacidad de pensar racionalmente", afirmaba la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova.
Las autoridades rusas que han sido impuestas en la región de Zaporiyia aseguraron que reforzarán la defensa antiaérea para evitar que la planta sea atacada. "Las medidas de defensa antiaérea serán reforzadas", declaraba el dirigente prorruso de Zaporiyia, Yevgueni Balitski, en unas declaraciones a la televisión pública rusa.
Balitski ha confirmado que la planta funciona con "normalidad" tras ser reparadas las líneas eléctricas y naves industriales dañadas el pasado 5 de agosto en un ataque que los rusos atribuyeron a las fuerzas de Kiev.
El director general del OIEA, el argentino Rafael Grossi, se mostró muy preocupado por el bombardeo del viernes en la mayor planta atómica de Europa y alertó de que se está "jugando con fuego" y existe el riesgo de un "desastre nuclear".
"Estoy extremadamente preocupado por el bombardeo de ayer en la planta de energía nuclear más grande de Europa, que subraya el riesgo muy real de un desastre nuclear que podría amenazar la salud pública y el medio ambiente en Ucrania y más allá", advertía Grossi.
Ucrania y Rusia se acusan mutuamente de comprometer la central. Mientras que los rusos atribuyen los daños en la planta a un ataque ucraniano, del otro lado acusan a Rusia de atacar la planta nuclear y crear una situación "extremadamente peligrosa para toda Europa". Además, Kiev ha solicitado una misión internacional de expertos, encabezada por la agencia nuclear de la ONU y antes de finales de agosto, para que evalúen el estado de la planta.