Ni de traje Chanel combinado con un collar de perlas ni luciendo sombreros Ascot. Esta Reina de metro setenta embute su exuberante figura en ceñidos vestidos sirena, derramando voluptuosa carne por escotes estratégicos y vertiginosos. Los bots detecta pezones de las redes sociales enloquecerían si asistieran a uno de sus tantos recitales. No es exhibicionismo: las tetas de Lía Crucet se desbordan, rompen el dique constreñido y moral del límite del corpiño. En sus inicios un periodista le pre