Cuando aún restan varios días para el cierre de listas para las PASO de diputados nacionales, los nombres para encabezar los diferentes sectores permiten delinear cuál será la estrategia de campaña para las elecciones más cercanas. Sin perjucio de las "internas" que se dirimirán en dos de los tres principales frentes de la provincia, y que impactarán sobre el discurso para los comicios de octubre, Santa Fe ofrece una diversidad de opciones como se registra en otros estados de parecida envergadura, al punto de que es probable que algunas de las fuerzas que no han terciado en las disputas más recientes para cargos ejecutivos, estén en condiciones de colocar un representante en el parlamento nacional. Pero para eso habra que sortear las PASO, que tendrán un condimento extra, de cara al 2019 y que afectará la imagen y el destino de más de un referente cuyo nombre no aparecerá en ninguna de las boletas.
Las PASO más atractivas, en principio, serán las del peronismo. La decisión del partido en Santa Fe de ir todos "por adentro" provocará lo que parece un inevitable enfrentamiento entre Agustin Rossi y Alejandra Rodenas. Una lista de "unidad" parece difícil y hasta contraproducente, sostienen los operadores de ambos grupos, quienes sin embargo siguen reuniéndose a tal efecto. No hace falta abundar en detalles sobre qué representa la candidatura del expresidente del bloque de diputados nacionales y luego ministro de Defensa del anterior gobierno. En el caso de la exjueza resulta todavía una incógnita su perfil ideológico, ni siquiera para enrolarla en el "antikirchnerismo" que sí exhiben algunos de sus mentores. Rodenas forma parte de una famila de larga tradición peronista, pero no precisamente de las vertientes más progresistas. El impulso de su candidatura permite ver la diversidad de sectores y pensamientos, que van desde el Movimiento Evita hasta sindicatos manejados por la ortodoxia y referentes territoriales cuyo factor común es el rechazo a Rossi. Algunos más entusiastas, otros "haciendo la plancha", tratando de no verse afectados por una eventual mala elección. Tal es el caso del Senador Omar Perotti, que apoya pero no estuvo, que dicen que va a "acompañar", pero que no hará nada que complique su vector trazado hacia la candidatura a gobernador dentro de un par de años. La dotes de "equilibrista" del rafaelino son conocidas, y quienes quieren esmerilarlo ‑dentro del PJ‑ han lanzado versiones sobre supuestos acuerdos con Rossi que no son más que operaciones para complicar a ambos en un ambiente todavía tranquilo. Más de un peronista se pregunta ‑ingresando al territorio de las ucronías‑ si la jueza hubiera sido diputada, si hubiera votado el acuerdo con los Fondos Buitre o las designaciones de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkratz, después de su fallido intento de ingresar por la ventana de la Corte Suprema.
Será interesante el debate entre los candidatos, porque de quien resulte vencedor y por qué proporción resultará la lista que se ofrecerá en la primavera a los santafesinos. Pero no solo eso, sino que en buena medida condicionará el perfil de los otros sectores ‑con excepción del PRO‑ que ajustaran su discurso opositor segun el tenor del fraseo peronista.
Si Jorge Boasso cumple con su promesa, enfrentará a la lista de Albor Cantard. En un "mano a mano", el edil rosarino tendría las de ganar, o al menos la chance de quedar bien posicionado aun perdiendo, si fuera por escaso margen. Sucede que la visión que Boasso le transmitió al Presidente Mauricio Macri cuando le ratificó que competirá en las primarias, no es la que tienen en el PRO ni en la dirigencia de su partido, que se ha mimetizado con el PRO. Boasso no va a enfrentar a Cantard, ni siquiera a José Corral, en definitiva un catalizador, sino al propio Macri, que ha dicho en todos lados que no quiere internas. Y si se lo "cargó" a Martín Losteau en la ciudad de Buenos Aires, parece difícil que tenga contemplaciones con el dirigente rosarino. Pasa que Boasso "tiró la gorra muy lejos", y si se baja, más aún aceptando un cargo en el gobierno nacional ‑como le han ofrecido‑ su carrera política entraría en un ocaso que ni siquiera una derrota en la interna lo dejaría tan descolocado. Como sucede con el PJ, siguen las reuniones, aunque pocos crean que habrá una final con acuerdo.
En el Frente Progresista, los socios mayoritarios han tomado nota de que no es su mejor momento. Tanto en las elecciones municipales en las principales ciudades como en la lista de diputados nacionales, quienes encabezan no lo hacen en el nombre de la rosa. A la idea de "renovación" que propuso Antono Bonfatti, presidente del partido a nivel nacional, para autoexcluirse de una induscutible candidatura a primer diputado nacional, se sumó el apoyo del gobernador Miguel Lifschitz a quien considera su mejor ministro para que encabece la nómina del Frente Progresista. En efecto, la ponderación de Luis Contigiani es compartida por socialistas y radicales, que veían también a Maximiliano Pullaro como otra alternativa válida. Funcionalmente, y no solo por las dificultades del reemplazo en la cartera, Contigiani exhibe un desarrollo territorial ‑más alla de su todavía bajo nivel de conocimiento en relación a otros cnadidatos‑ y especialmente su discurso pulido a lo largo de todo su mandato en el Ministerio de la Produccion lo erigieron en la opción más sólida para un proceso electoral donde la apuesta del Frente será hablar de producción, trabajo, consumo, y sortear la dicotomía "pasado/ futuro" que es funcional tanto alo PRO como al PJ para "sacar de la cancha" a una fuerza que políticamente solo tiene peso en Santa Fe. Ese ha sido el análisis determinante, y al día de hoy, con las limitaciones y a la vez la relevancia que impone su cargo de ministro, Contigiani ha sido el más claro y enérgico opositor a la políticas nacionales. A tal punto que los sectores progresistas y de la izquierda que tienen ya definidos sus candidatos están orientando su campaña a cuestionar la políticas del gobierno de Lifschitz para diferenciarse del discurso del ministro.
Tanto Octavio Crivaro, como Carlos Del Frade y la lista de Ciudad Futura, que en principio llamará la atencion por su integracion con mujeres en los cargos expectantes, con Caren Tepp al tope, buscarán los flancos débiles de la gestión socialista que no están precisamente en la orbita del Ministerio de la Producción.
Segun la primeras encuestas ‑tan relativas como todas las que vendrán a la luz de los recientes casos de yerros garrafales en todo el mundo‑ en Santa Fe el nivel de rechazo a la gestión del gobierno nacional es el doble que el de aprobación. Sin embargo, eso no debe trasladarse automáticamente ni a la intención de voto y mucho menos a la preferencia por un candidato. La dispersión del voto opositor puede terminar resultando favorable a los candidatos del PRO, aun a pesar de ellos mismos, ya que lo que el gobierno plebiscitará es la gestión de Mauricio Macri. Ya lo dijo despiadademnte Juan Carlos Aranguren, el CEO de la Producción, cuando sentenció: "Vamos a ver en las elecciones de octubre cuan salvaje fue el ajuste, si fueron tarifazos y todo lo demás... Vamos a ver como vota la gente". Así desafió el ex‑ejecutivo de la Shell que sigue su ruta implacable, y si no, se puede preguntar en Arroyo Seco (ver nota de tapa). El "Teorema de Aranguren" también corre para Santa Fe.