Rusia reafirmó su solidaridad con Cuba ante el “estilo altanero” de Washington. “La nueva política hacia Cuba anunciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, nos devuelve a la casi olvidada retórica de la Guerra fría”, señaló un comentario difundido por el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso. Para Moscú, la decisión de Trump de cerrar la puerta a progresos en la normalización de las relaciones con la isla, a menos que el Gobierno de La Habana realice avances democráticos, supone el retorno al enfoque que caracterizó la relación de Estados Unidos con el país caribeño. La Federación Estudiantil Universitaria (FEU) de Cuba también salió a decir lo suyo y calificó de retórica obsoleta, con una visión totalmente descontextualizada, a la declaración con la que el presidente de Estados Unidos dio marcha atrás el viernes en Miami al acercamiento entre ambos países.
En palabras de la cancillería rusa, cuando la anterior administración de Washington introdujo, en referencia al gobierno del presidente Barack Obama, cambios sustantivos en su política hacia la isla, “creíamos, y no sin fundamento, que no eran tanto una manifestación de buena voluntad, cuanto un reflejo del fracaso de la política del dictado y la sanciones”. Ahora resulta, señaló el texto del Ministerio de Exteriores, que el discurso anticubano otra vez es ampliamente requerido. “Es de lamentar. Creemos que nadie debe dudar de que este estilo altanero de conducta hacia Cuba no tiene futuro”, afirmó Moscú.
El Kremlin, fiel a una historia de acercamientos con el gobierno de la isla, señaló que reafirmaba su “inquebrantable solidaridad con Cuba”, y agregó en el texto que Rusia se pronuncia por “el diálogo, la cooperación, el tendido de puentes y la comunicación sin dictado ni intentos de injerencia en los asuntos internos de los estados soberanos”. Finalmente, la cancillería rusa hizo un llamamiento a la administración de Donald Trump para atender a “la voz prácticamente unánime de la comunidad mundial” contra el bloqueo a Cuba, como lo demuestran las respectivas resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas.
Por su parte, la FEU afirmó, en un texto publicado en el diario oficial Juventud Rebelde, que presenció con indignación el acto en el que Trump anunció las nuevas medidas que darán un giro a la política de normalización de relaciones con la isla iniciada por su antecesor, Barack Obama. “A su retórica obsoleta Donald Trump agregó la firma de la directiva denominada Memorando Presidencial de Seguridad Nacional sobre el fortalecimiento de la Política de los Estados Unidos hacia Cuba, una provocación, mal elaborada por asesores de pensamiento ultrarcaico”, consideró la federación cubana.
Asimismo, la FEU sostuvo que la actuación de Estados Unidos demostró el odio de “un sector anticubano, derechista y extremista” residente en Miami que, “disfrazado de patriotismo, en realidad, se enriquece y subsiste al amparo de la agresión” contra el pueblo cubano.
Entre las nuevas medidas anunciadas por Trump referentes al recrudecimiento del bloqueo –como se denomina al embargo económico de Estados Unidos aplicado sobre la isla–, al que se suele calificar como política genocida que daña al pueblo cubano cotidianamente, en el caso de la eliminación de los intercambios educacionales “pueblo a pueblo” a título individual, una de las categorías que permitía a ciudadanos estadounidenses viajar a Cuba, la FEU afirmó que se violan los derechos de los cientos de estudiantes y profesionales norteamericanos.
La organización estudiantil cubana también reprochó a Trump que hable de derechos humanos, al tiempo que “ignora los referentes a la salud, la seguridad social, la igualdad, los de los niños y los jóvenes”, así como la educación gratuita y de calidad que los jóvenes disfrutan en la isla, mientras en Estados Unidos costaría miles de dólares. La FEU reiteró la “altruista y reiterada” disposición del gobierno cubano de continuar el diálogo respetuoso y la cooperación con la actual administración estadounidense.
Pero dijo que la continuidad de ese proceso tendría que ser “sin someternos a ningún tipo de concesión o condicionamiento que contradiga nuestra independencia, soberanía y esencia antimperialista”. Asimismo, aseguró que mantendrá su posición de bastión y garante de la Revolución, “esta gran obra que nos ha legado una Patria libre, independiente y soberana, y nos ha dotado de derechos, responsabilidad y protagonismo”.
En el caso de las expresiones de la FEU, se trata de una de las primeras reacciones de organizaciones de la isla que salen a contestarle a los pronunciamientos del presidente Trump. El gobierno cubano respondió que cualquier estrategia con la pretensión de cambiar el sistema socialista en la isla fracasará, aunque dejó abierta la posibilidad de continuar el diálogo y la cooperación en temas de interés mutuo, así como la negociación de los asuntos bilaterales pendientes con el gobierno de Estados Unidos, pero advirtió que no realizará concesiones inherentes a su soberanía e independencia, ni aceptará condicionamientos de ninguna índole.