Sin una polémica, como la que copó la previa de 2016 por la decisión de dividir la entrega para radio y tevé, en la noche de ayer se produjo la 47ª entrega de los premios Martín Fierro otorgados por la Asociación de Periodistas de Televisión y Radiodifusión Argentinas (Aptra). Quizá como nunca desde 1991 que comenzó a entregarse el Martín Fierro de Oro que hubo un aspirante tan claro al mayor premio de la velada. El Marginal, claro, era la apuesta segura hasta el comienzo de la entrega. Y para una tevé como la local –ombliguista, que juega siempre a lo seguro y con cada vez menos encendido– los méritos de la producción de Underground no fueron pocos. Osada desde lo visual y narrativo –más que desde lo temático– con un elenco compacto, un guión sin fisuras, emitida desde la TV Pública y luego por Netflix, contaba con ocho nominaciones en varias ternas. Desde la casa matriz de Sebastián Ortega, por otra parte, también aguardaban lo que podía llegar a suceder con Educando a Nina. Otro producto de Telefe, La Leona, con ocho nominaciones, más el arrastre de una dupla como Nancy Duplá y Pablo Echarri, también aguardaban expectantes.
Al igual que el año pasado, la transmisión incluyó una previa desde el Hotel Hilton que intentó emular la “red carpet” de premiaciones internacionales centrada en la moda, los menús y peinados de las figuras. La oratoria de Iván de Pineda, Paula Chávez y Fabián Medina Flores contrastaba con una emisión superficial, pletórica de PNTs y fría.
A las 21.25, finalmente, comenzó la transmisión del evento que decidiría la suerte de las 34 ternas en juego. “¿Quién se va a llevar el Martín Fierro de brillante que se entrega por primera vez? Gran sorpresa”, dijo Mariana Fabbiani (encargada de la conducción, junto a Guido Kaczka) aunque sólo faltó que se ponchara a Mirtha Legrand. También hubo lugar para Luis Ventura –presidente de Aptra– que en su discurso adelantó la realización de dos nuevos jornadas: los Martín Fierro federal y digital. La sumatoria de premios, sin embargo, no alteró la tradición de desprolijidades, incongruencias en las ternas, desplantes, lobby y egocentrismo mediático.
El primer premio de la noche fue para Andrea Rincón como revelación por su papel como una de las empleadas de la textil Liberman en La Leona. Telefé siguió en la buena senda con Noticampi como programa humorístico y con Antonio Gasalla como humorista (Susana Giménez). Griselda Siciliani –por su labor en Educando a Nina– y Maite Zumelzú -reparto en Por amarte así- siguió subiendo el hándicap de la ex señal de la calle Pavón. Para el Trece comenzaron a llegar los premios con Carburando (insólitamente frente a Juegos Olímpicos 2016) y por la cortina de Silencios de familia.
Los tres programas nominados en la categoría cultural-educativo pertenecían a la tevé pública y quien lo obtuvo fue Ambiente & Medio. Sergio Federovisky, su conductor, entibió el amperímetro al hablar de las minerías a cielo abierto frente a Hernán Lombardi, titular de Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos. No sucedió lo mismo con Luciana Geuna, al obtener por segundo año consecutivo su gaucho dorado como mejor periodista (Periodismo para todos), quien tuvo un discurso light y se refirió a que el “oficio de periodista estuvo cuestionado en los últimos años”. Ignacio Otero, como movilero por Telenoche, tampoco hizo mención al contexto actual. Llamativo ya que el estrado del Martín Fierro suele ser un termómetro de discusiones de coyuntura. Quizá para referencias a la realidad, paradójicamente, existan ficciones como El Marginal con su mirada del submundo carcelario. Al cierre de esta edición Adrián Caetano y Guillermo Salmerón habían obtenido su estatuilla por el libreto de esa serie.