Desde Sochi
Más justicia, menos emoción y bastante confusión. Esa conclusión dejo el híper intensivo uso del videoarbitraje en la segunda jornada de la Copa Confederaciones, una novedad que promete un cambio revolucionario en un deporte conservador en la introducción de la tecnología como lo es el fútbol.
Las cuatro decisiones adoptadas el domingo –dos en el empate 2-2 entre México y Portugal y otras dos en la victoria de Chile por 2-0 ante Camerún– fueron correctas: dos goles lícitos fueron concedidos y otros dos tantos resultaron justamente anulados. Sin embargo, el sistema VAR (siglas de “árbitro asistente de video” en inglés) dejó una sensación extraña tanto en los futbolistas como en los hinchas. Como si el momento más sagrado que tiene el fútbol, el gol, hubiese sido contaminado. Un clímax abortado.
Cincuenta y seis segundos tardó Néstor Pitana en anular el gol del portugués Nani. Y eso que fue la aplicación más rápida de toda la jornada. El 2-1 anotado por el luso Cedric Soares demoró dos minutos y nueve segundos hasta que el juez avisó que era legal.
En Chile-Camerún, el esloveno Damir Skomin anuló el gol de Eduardo Vargas 68 segundos después de la jugada. Los futbolistas chilenos, que celebraron durante largo tiempo, enloquecieron al ver que el tanto había sido anulado. En el final del partido, Skomina convalidó el 2-0 chileno tras 65 segundos de revisión.
“Creo que va a ser necesario que pase algún tiempo, que vayamos conociendo y sintiendo esas sensaciones. En nuestro caso, podríamos haber ido ganando 1-0 finalizando el primer tiempo y 20 segundos después era 0-0”, evaluó el técnico de Chile, Juan Antonio Pizzi. “La desazón y la parte emotiva que genera este tipo de situaciones es a lo que todavía no estamos acostumbrados”, señaló el entrenador argentino. “Después está claro que la ayuda tecnológica va a reflejar mayor justicia”, destacó.
El mediocampista chileno Marcelo Díaz, en cambio, se mostró ayer crítico con el sistema. “Le quita la esencia al fútbol, se ve raro. No podés celebrar un gol hasta que se revisa la jugada. Si se va a implementar, que sea de buena manera”, se quejó el jugador del Celta.
El seleccionador de Camerún, Hugo Broos, destacó en cambio que “se tomaron las decisiones correctas” y que “puede ser algo muy importante para el fútbol”. Por su parte, el entrenador de Portugal, Fernando Santos, consideró por el contrario al sistema “un poco desconcertante” y protestó que no haya sido utilizado para revisar otras jugadas, como por ejemplo el agónico 2-2 de México.
La Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), con el jefe arbitral Massimo Busacca a la cabeza, ya señaló en Rusia que el objetivo es acelerar el proceso de decisión y mejorar la comunicación entre los asistentes que están en la cabina de televisión y el juez principal. La orden del ente rector es clara: el VAR solo debe intervenir cuando tiene certeza absoluta de un error y se trata de una jugada decisiva. Es decir, goles, penales, tarjetas rojas y casos de confusión de identidad por parte del juez. El árbitro principal sigue siendo la autoridad máxima y debe procurar dirigir como si no existiera un grupo de personas en una cabina.
Para mejorar la velocidad, la FIFA dispuso en la Copa Confederaciones el despliegue de un equipo de tres asistentes de video por partido, uno de ellos especializado en situaciones de fuera de juego. Los videoárbitros tienen acceso a todas las cámaras instaladas en los estadios, es decir, un máximo de 30. Al problema de la velocidad en la toma de decisiones, sin embargo, se suma el de la comunicación con el público en el estadio y los millones de televidentes, que no tienen muy en claro qué se está discutiendo y revisando.
El ex futbolista Marco van Basten, director general de desarrollo técnico de la FIFA, se mostró en favor de exhibir en el futuro en la pantalla gigante del estadio el fallo que se ha modificado. Poder escuchar los diálogos por radio entre el juez principal y los videoárbitros, como ocurre por ejemplo en el rugby, luce más difícil. En cualquier caso, el proceso abierto parece ya imposible de detener. El VAR, que se suma a la ya aceptada tecnología que determina si el balón pasó la línea de gol, ya fue implementado en el Mundial de Clubes de 2016 y en el reciente Mundial Sub 20 de Corea del Sur, así como en diversos encuentros internacionales y en algunas competiciones nacionales. Y la FIFA está convencida de que marca un progreso en el deporte.
Según las estadísticas que exhibió en Rusia, en el Mundial Sub 20 se corrigieron correctamente fallos en 12 de los 52 partidos y siete de ellos afectaron el resultado del partido y posiblemente también el desarrollo del torneo. La gran duda ahora es si está novedad alcanzará a tiempo el grado de evolución y aceptación para estar también en el Mundial 2018. El debate está abierto.