Estudiantes, docentes y trabajadores no docentes cumplieron con el sexto día de toma pacífica del quinto piso de la Secretaría de Derechos Humanos, donde funciona el Instituto Universitario de Derechos Humanos Madres de Plaza de Mayo. Protestan contra la intervención de la institución educativa, medida tomada la semana pasada por el Ejecutivo nacional. Hebe de Bonafini respaldó ayer la protesta: “Vamos a resistir porque no tenemos otra alternativa. Negociar con esta gente no se puede”, postuló la presidenta de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo.
En declaraciones a radio AM 750, Bonafini expresó su “orgullo” respecto de los “más de 50 pibes más todos los que están haciendo el aguante” en la toma del Iunma que desarrollan trabajadores y estudiantes. “Los chicos están haciendo algo tan importante, tan organizados están. Me da mucho orgullo”, apuntó.
La permanencia pacífica en el quinto piso de la Secretaría de Derechos Humanos, una de las cuatro sedes en donde el Iunma funciona precariamente comenzó cuando el rector Germán Ibáñez fue desplazado y no tiene fecha de cierre. “La toma es a ganar o morir”, indicó Bonafini en declaraciones radiales. “Ellos quieren que esto sea una porquería, que no se enseñe nada, que la gente no vaya a los barrios, que no haya trabajo en territorio, que no se les pague a los maestros y que no se les pague a nadie”, opinó.
El miércoles pasado, el Gobierno oficializó la intervención del instituto educativo a través de la publicación en el Boletín Oficial del cambio de rector. Sin mediar consulta alguna con estudiantes o trabajadores, la Secretaría de Derechos Humanos desplazó a Ibáñez y lo reemplazó por Javier Buján, que había cumplido las mismas tareas de interventor en el Inadi. La resolución del “traspaso de mando” estuvo firmada por el ministro de Justicia, Germán Garavano, y el de Educación, Esteban Bullrich. El cambio de autoridades ya había sido anunciado por el gobierno en mayo, cuando también filtraron a la prensa su intención de realizar una auditoría sobre sueldos y gastos y analizar los objetivos pedagógicos de la institución.
Pero el fin de la intervención no es el único objetivo de la toma pacífica. Al respecto, la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo informó que “la exigencia es que den lo que corresponde, lo que nunca quisieron dar”. Explicó que cuando se autorizó la existencia del IUNMA, “una universidad única en el mundo”, se hicieron todos los trámites correspondientes para los permisos y “otorgaron todo lo necesario, pero de a poco nos lo fueron sacando”, planteó.
Desde el Gobierno no tomaron contacto con los estudiantes y los trabajadores que sostienen la protesta, aunque vienen reclamándole a Garavano una reunión desde hace casi un mes. Bonafini denunció que los únicos que se presentaron en la toma fueron efectivos policiales, el domingo a la noche. “Vino la policía a pedirles documentos a los chicos, pero ellos aprendieron de nosotras y les entregaron todos juntos, aunque los querían de a uno”, remarcó.