Desde Rosario
Con un importante vallado y estrictas medidas de seguridad, el presidente Mauricio Macri encabezó esta mañana el acto por el Día de la Bandera en Rosario. Por primera vez desde el retorno a la democracia, no se realizó el desfile cívico, lo que generó mucho malestar en las autoridades locales y también entre los ex combatientes de Malvinas, quienes se retiraron del acto una vez que terminaron de entonar el Himno Nacional. No fueron los únicos descontentos con la presencia del mandatario nacional. Integrantes de la Multisectorial contra los Tarifazos, que el año pasado fueron reprimidos por la Gendarmería cuando intentaron acercarse al Monumento Nacional a la Bandera, se concentraron a unas pocas cuadras del lugar para reclamar por las políticas económicas del gobierno nacional, aunque en esta oportunidad no se produjeron incidentes.
Macri, acompañado por su esposa Juliana Awada; el jefe de Gabinete, Marcos Peña; la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich; y el ministro de Defensa, Julián Martínez; llegó a Rosario para encabezar los actos por el Día de la Bandera. Cinco kilómetros de vallado y un importante número de fuerzas de seguridad le dieron, por segunda vez, una nueva impronta a las celebraciones. En el mástil del Monumento Nacional a la Bandera, el Presidente estuvo flanqueado por el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, y la intendenta rosarina Mónica Fein.
Si bien se esperaba que los mandatarios socialistas hicieran alguna referencia en sus discursos a los temas que tensaron la relación con Macri; en el caso de la provincia el reclamo por la deuda de la coparticipación, y el municipio porque el bloque de concejales macristas hizo caer un proyecto de endeudamiento internacional para realizar obras, lo cierto es que Lifschitz y Fein se ajustaron un poco más al protocolo. Más allá de algunos conceptos vinculados al federalismo y el financiamiento para el crecimiento, y la necesidad de que el pueblo rosarino vuelva a ser el protagonista de las celebraciones, le dedicaron la mayor parte de sus palabras a exaltar los valores de Manuel Belgrano.
En ese sentido, Macri dijo que el creador de la Bandera “siempre fue un incansable trabajador por el futuro de nuestra Nación. Innovador, emprendedor, una persona que reunía muchísimas cualidades. Siempre fue un adelantado”. En un discurso de sólo 6 minutos, Macri enlazó la historia de Belgrano con su slogan de campaña, y dijo que el creador de la Bandera nunca dejó de hacer, con el lema de “sí, se puede”, el mismo que hoy levanta su gobierno. Con ese nexo, el Presidente se refirió a su gestión: "Estamos haciendo lo que había que hacer. El país ha comenzado a crecer. Hemos recuperado los puestos de trabajo que habíamos perdido en los últimos años: Hemos puesto en marcha el plan de infraestructura más grande de la historia que comienzan y terminan en las fechas establecidas y después de más de 20 años hemos recuperado el crédito para que la gente pueda comprar su primera casa con créditos a 30 años. Hemos bajado la inflación que es la más baja desde 2009."
Como el acto era realmente escuálido de público –hecho de espaldas al Patio Cívico del Monumento, al lado del mástil, con invitados especiales y algunos niños y niñas que llevaban la bandera- la alocución del Presidente fue acompañada por algunos tibios aplausos y un par de gritos. La madre de una de las abanderadas presente le gritó “Cien años”, en relación a la emisión de bonos con ese plazo. Otra mamá alcanzó a decir “mentiroso”. Las dos se vieron rápidamente rodeadas de gendarmes.
"También sabemos que falta mucho, que hay mucha gente que no percibe las mejoras pero les digo a ellos y a todos los argentinos, estos resultados positivos que ya hemos conseguido tienen que renovarnos en la esperanza para trabajar juntos que es como vamos a lograr ese país grande y pujante que Belgrano soñó”, agregó Macri.
Entre los pocos vecinos que pudieron ingresar a unos cincuenta metros del lugar donde se realizó el acto, se escucharon aplausos y silbidos. “Fuera” y “más trabajo”, gritaron algunos. Otros pudieron desplegar algunas banderas: “Macri, devolvenos la dignidad”, rezaba una de ellas.
Tras el discurso del Presidente, la comitiva nacional se retiró del monumento y algunos funcionarios y legisladores locales realizaron declaraciones. La concejala del Frente para la Victoria, Norma López, dijo que Mauricio Macri “habló de otro país, que bajó la inflación y recuperó empleo, dos situaciones que no han ocurrido desde que es Presidente de nuestra Nación. Aparte, habló para un grupo selecto, porque esto sigue siendo un acto VIP, porque no se puede ingresar al Parque Nacional a la Bandera. Se habló de mucha historia, pero no se pudo hablar del país real”.
Contra los Tarifazos
Vallas, escudos y palos fue lo que encontraron los manifestantes de la Multisectorial contra los Tarifazos, cuando quisieron llegar al acto por el Día de la Bandera, en el Monumento casi vacío. Tres cuadras antes, y en un perímetro de cinco kilómetros, cordones de la Policía Federal, Gendarmería y la Policía de Seguridad Aeroportuaria impedían el ingreso de vecinos. Al acto oficial de Macri solo podían entrar invitados especiales. Claramente, los trabajadores no eran de la partida: en carteles y cánticos expresaron los reclamos que no fueron escuchados por el Presidente. “No hay bolsillo que aguante. Basta de tarifazos”; “Yo todavía tengo trabajo, pero lucho por los que lo perdieron”; “Pobreza 30,3%”, rezaban las pancartas. Los cánticos fueron en el mismo sentido: “Paso, paso, paso, abajo el tarifazo”, gritaron durante la marcha que partió desde el cruce entre las peatonales Córdoba y San Martín, a las 8.50. Ya en la concentración, y durante los menos de 30 minutos que duró el acto, un buitre gigante con el rostro de Macri acaparó la atención de los presentes, mientras agitaba una banderita estadounidense, de papel. También se destacó un cartel que rezaba “Macri gato”, con la silueta del animal formada por las palabras “desocupación, quita de pensiones, represión, son 30 mil”; entre otras frases.
Críticas y justificación
El que fuera un acto popular, con desfile de agrupaciones sociales, tradicionalistas y siempre el protagonismo de los ex combatientes de Malvinas, se convirtió en una pequeña ceremonia marcada por el temor a las manifestaciones en contra. Muy lejos de los actos multitudinarios en los que la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner daba largos discursos. Entonces, las críticas de medios de comunicación y autoridades locales socialistas se enfocaban en la “politización” de la ceremonia. Ahora, quedó vacía de todo significado.
Temprano, por radio La Red, la intendenta cuestionó el estricto operativo "profundiza la imposibilidad de reunirnos y festejar juntos algo que nos une a todos". Fein describió el acto que iba a poder apreciarse. "Mucho más pequeño, con mucho vallado e invitados previamente registrados", dijo e indicó que la organización estuvo en manos de Presidencia de la Nación. “Está todo definido en términos de seguridad" y “lamentablemente” restringido a invitados especiales que deberán estar "identificados con una pulsera".
Durante el acto, el gobernador Lifschitz, por su parte, lamentó que “la gente fue perdiendo protagonismo” en los actos patrios.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, justificó las medidas de seguridad y las restricciones porque "hay que dividir a la gente que quiere ir al acto del Día de la Bandera de la gente que quiere ir a tener una actitud agresiva". Y dijo que la presencia de cientos de agentes se debía a que "hubo en el último tiempo algún tipo de manifestaciones que no han sido lo más democráticas".