El comediante, actor y conductor de televisión y radio, Sebastián Wainraich charló con Any Ventura y Emanuel Respighi sobre como vive la cuarentena por el coronavirus y sobre su serie en Netflix, Casi Feliz que se estrenó en la plataforma Netflix el pasado 1º de mayo, que escribió y protagoniza.
"No me quejo, estoy con la gente que quiero y cómodo. Es bueno valorar lo que uno tiene y poder ayudar a quienes necesitan ayuda", expresó Wainraich y sostuvo que "en esta etapa nueva que se viene va a ser fundamental el comportamiento de nosotros los ciudadanos, respetar las reglas así no tenemos que volver a la cuarentena con todos encerrados"
Además expresó que está "muy contento, muy sobrepasado también. Sabíamos que nos iba a ir bien con la serie pero no esperábamos que tanto". "En cuarentena sabíamos que la repercusión iba a ser mucha por lo que significa netflix pero no esperábamos tanto", agregó.
Sobre la serie que escribió e interpreta donde comparte pantalla con Natalie Pérez y en un episodio con su esposa, Dalia Gutman, sostuvo que le gusta trabajar "con gente que quiero, es un riesgo porque si algo sale mal es difícil, pero me siento muy cómodo así".
"Estoy en una situación cómoda pero no por eso no debería no reclamar cuando la gente que menos tiene necesita algo", expresó el conductor y agregó: "trato de estar atento a la situación general y no vivir en una burbuja".
"Me preocupa como vamos a salir de esto, de esta cuarentena. Nos va a empezar a afectar porque estamos encerrados hace 50 días, el país venia complicando y esto es una bomba que explota a nivel mundial", sostuvo y agregó: "con lo poco que hemos visto de Alberto Fernandez me gusta como está llevando la cuarentena. No soy militante político".
Sobre que significa hacer humor en estos días, Wainraich sostuvo que "son otros tiempos, las neurosis han cambiado". "Hay que cambiar los motivos porque nos reímos, ya no da reírse porque alguien es gordo o gay, el chiste sobre la suegra.., es un cambio de época y no es moral, tiene que ver con los tiempos. Es más interesante reírse del poderoso antes que del débil".
"No veo una obligación a que un arista tenga que opinar de política, aunque todos tienen derecho a adherir al discurso y al politico que quiera, atacarlo por eso me parece recontra torpe", explicó el humorista.
"Me cuesta el lenguaje inclusivo aunque lo banco, me parece bien digo chiques, amigues pero no diputades", sostuvo y explicó que "se está cuestionando todo y está buenísimo. Ante el cuestionamiento de todo está bueno mirar también el idioma".