La cantora Lidia Borda, el grupo La Chicana y el historiador Gustavo Varela son los protagonistas de Tangos descamisados, un espectáculo sugerente y emotivo que se propone vincular la historia política del peronismo con la historia del tango. “El año pasado recordamos el 17 de octubre y en este caso será un homenaje a la resistencia peronista. El disparador es el bombardeo a Plaza de Mayo el 16 de junio de 1955, pero el sentimiento que atraviesa el concierto es esperanzador, no negativo. En mi caso, voy contando la historia del tango hasta llegar al proceso del peronismo y mostrar cómo hay una legitimación de carácter afectivo entre el tango y el mundo de Perón”, explica Varela, autor del libro Mal de tango. “Esta es una época de resistencia frente a un tipo de flagelación encubierta bajo un modo de hacer política que es realmente sorprendente, que repite cosas del neoliberalismo, avanza en la conquista de derechos sociales y tiene prácticas nefastas, como el recorte de pensiones a personas con discapacidad”, entiende el historiador sobre el por qué de este espectáculo que combina música y narraciones. Organizado por Fundación Germán Abdala y ATE Capital, la cita será hoy a las 19 en el Auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA (Santiago del Estero 1029).
“Como ocurre con todo, en este momento histórico el bombardeo a Plaza de Mayo cobra otro sentido”, entiende Dolores Solá de La Chicana. “El antiperonismo en el poder se manifestó en dictaduras militares, desde la Libertadora en adelante. Pero hoy han sido votados, son siempre los mismos. La historia es cíclica. Hoy nos dimos cuenta que la pata civil era más importante que lo militar”, dice Solá. De este modo, el repertorio musical girará en torno a ése imaginario político. “Nos parecía ridículo salir de nuestra identidad, entonces vamos a interpretar canciones propias. Los temas de Acho Estol ilustran ideológica y emocionalmente la temática del espectáculo”, fundamenta y adelanta que sonarán “Puro cuento” (“un amor detrás de una historia criminal”), “Llámame chamamé” (“que hace alusión a los desaparecidos”), “Europa” (“que habla de la decadencia del primer mundo”), “Revolución o picnic” y “Muñequita china” (“un tango que habla de una historia en Vietnam”). La Chicana, además, se presentará todos los sábados de julio en Los Chisperos.
El espectáculo abrirá con una versión de “Mi noche triste”, a dos veces entre Lidia Borda y Dolores Solá. “Intentamos que sea una evocación de época, pero no algo lineal. El tango no tiene un discurso político directo. Homero Manzi, por ejemplo, tiene una actividad política y social fuerte, pero en sus canciones no hay referencia directa a eso”, dice Borda. De ese modo, su repertorio incluirá “Arrabal salvaje” (Celedonio Flores y Juan Tata Cedrón), “La descamisada” (Antonio Helú y Enrique Maroni) y sorpresitas de Carlos Gardel, entre otros. “El momento de oro del tango se terminó en 1955, con la caída de Perón, y eso es muy llamativo”, apunta Borda, quién mostrará su faceta solista los viernes 23 y 30 a las 21 en Café Vinilo. “El tango canción tiene una estructura moral muy fuerte: habla de la lealtad al barrio, a la madre, a la familia, al amigo, al bar. Y cuando llegó el peronismo, se insertó en esa misma trama afectiva, que tiene que ver con una vinculación relacional entre los sujetos y la composición de un estado común de cosas, una subjetividad popular”, sostiene Varela, quien no se olvidará de citar a Homero Manzi y a Enrique Santos Discépolo.