César Luis Menotti, figura del fútbol argentino y de su seleccionado nacional, con el que consiguió como entrenador el primer título mundial de la historia para el país, en 1978, aseguró que ese tiempo de la dictadura militar sabía “lo que pasaba con los que gobernaban. Pero no imaginaba esa crueldad con los desaparecidos”. “Nunca hablé ni un segundo con (Jorge Rafael) Videla. Yo no entendía la lucha armada. A mí me decían en aquella época que no les diera notas a los chicos de la Juventud Comunista. Yo sabía lo que pasaba con los militares, pero esa crueldad con los desaparecidos no la imaginaba”, le reconoció Menotti a Graciela Fernández Meijide, durante la primera edición del programa ‘Cada noche’, que se emite por la Televisión Pública Nacional.
“Fue insólito cómo llegué a la Selección, porque desde Huracán era difícil hacerlo, aún cuando había salido campeón en 1973, con un equipo que hizo historia por su juego. Todo pasó porque como había estado en Santos de Brasil, lo invité a Pelé para que trajera al equipo a jugar un partido para celebrar ese título, pero como no había nadie que lo televisara, me mandaron a verlo a Lorenzo Miguel (emblemático líder sindical metalúrgico)”, recordó Menotti.
“Entonces él llamó a un canal y lo consiguió. El presidente de Huracán era David Bracutto, que también estaba dentro de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), y Miguel me quería ya para el Mundial de Alemania 1974, pero yo no quería sacarle el lugar a nadie (el trío de técnicos lo componían Vladislao Cap, José Varacka y Víctor Rodríguez)”, afirmó.
El técnico contó entonces que al año siguiente, ya sí como técnico de la Selección, se hizo una gira por Polonia y estando allí se dio el Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. “Por eso cuando volví a Buenos Aires presenté la renuncia, pero el doctor Alfredo Cantilo, que había sido elegido presidente de AFA (el 26 de abril de ese año) me dijo que él iba a estar hasta el Mundial ‘78 y después se iba, así que me quedé”, rememoró.
“Yo sabía que los dirigentes sindicales eran perseguidos y pude sacar a una chica de la cárcel. Ya había vivido las dictaduras de (Pedro Eugenio) Aramburu y (Juan Carlos) Onganía, pero esa crueldad nunca me la imaginé. Muchos de la juventud comunista se fueron al ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) y yo fui un militante del comunismo”, refirió.
“La gente no sabía lo que pasaba en ese tiempo. Si hubiésemos perdido el Mundial quizás le hubiésemos hecho un gran favor a los militares, porque al ganarlo hubo tal euforia que ellos no podían contener a la gente que salía a las calles a festejar”, evaluó.
Menotti apreció que “después de los primeros tiempos, Videla se animó a sentirse como si fuera un presidente electo”. “Pero resulta que durante la dictadura también Carlos Monzón fue campeón del mundo de boxeo, y Guillermo Vilas ganaba torneos de tenis, pero a ellos nadie los juzgó por eso. En cambio a los jugadores de la Slección que salieron campeones mundiales en 1978 los castigaron muy cruelmente”, argumentó.
En la solicitada de agosto del año 1980 que los medios titularon “De Borges a Menotti”, porque ambos firmaron aquel petitorio a la Junta Militar que por entonces encabezaba el general Roberto Viola “para conocer la lista y los paraderos de los desaparecidos”, estuvo dada una consecuencia que pudo terminar abruptamente con la presencia de Menotti al frente del seleccionado nacional, algo que ocurriría después del Mundial de España de 1982.
“La Junta Militar lo llamó a Julio Grondona, que ya presidía la AFA, para que me echen por haber firmado esa solicitada. El les dijo que no podían hacerlo porque era el técnico campeón del mundo, pero se enojó también conmigo porque con esa adhesión le hacía un lío. Les dijo que a Borges no lo conocía nadie pero a mi sí”, reveló.