La cuarta edición del Festival Danza Rojas comienza hoy, con dos ejes conceptuales: la mujer como protagonista en el devenir de la danza y el centenario de la Revolución Rusa. En palabras del curador, Alejandro Cervera, la propuesta está atravesada por “la idea del cambio, lo nuevo, lo que llega para plantear una opción superadora”. Aparte de espectáculos de creadores de distintas generaciones –el 70 por ciento son estrenos, ideados para la ocasión–, habrá charlas, exposiciones y, como novedad, talleres de formación. Todas las actividades serán en el Centro Cultural Rojas (Avenida Corrientes 2038), hasta el 1° de julio.
“Desde el Rojas abrimos las puertas a los consagrados y nuevos talentos con la política de transformar el espacio cultural de la universidad pública en un polo de nuevas propuestas en el campo de la danza contemporánea”, dice acerca del evento Cecilia Vázquez, directora del centro cultural y coordinadora general de Cultura de la UBA. En diálogo con PáginaI12, cuenta que este festival surgió hace nueve años. “Con Alejandro (Cervera) veníamos hablando de que en Buenos Aires el teatro tiene mucho lugar; en cambio a la danza le falta espacio. Una fuerza, una potencia. Y es una de las patas importantes del Rojas, que no se caracteriza por hacer festivales”, relata.
En el CCR se da especial atención a la danza contemporánea, por eso el festival está dedicado a ella. “Cuando empezó lo pensamos como un espacio de difusión, encuentro y diálogo, tanto para el público como para los artistas. Esta vez va un poquito más allá. Estamos apostando a que la danza sea el centro, pero que las artes escénicas estén en conjunto. La danza va más allá de bailar. Está la música, la imagen, la iluminación. Este es un encuentro, también, para todo lo que hay alrededor de la danza”, explica Vázquez. Se refiere a los talleres de iluminación escénica, fotografía y puesta en escena, que son de inscripción gratuita. “Queremos mostrar a la danza en todo su esplendor. Hoy por hoy, en el Rojas hablamos de artes escénicas. Resaltamos el diálogo entre las distintas artes que se unen para conformar una obra”, define.
Los coreógrafos, directores y elencos fueron convocados por el curador. Se les plantearon los dos ejes conceptuales que atravesarán en este caso al festival –la Revolución Rusa y el rol de la mujer– como puntapié para las obras que integran la programación. “La mujer en la danza siempre estuvo muy presente, aunque, tal vez, arriba del escenario. Queremos poner en escena una temática que está discutiéndose en todo el mundo. Estamos tratando de mostrar las capacidades, el rol que tenemos. El movimiento que genera algo nuevo; la posibilidad de crecimiento que genera la mujer. En la danza, no sólo arriba del escenario, sino también en la iluminación, la coreografía, el pensamiento”, sostiene Vázquez. “Lo importante de la Revolución Rusa es que también fue para un cambio. Para romper, generar algo nuevo, por los sueños de una vida mejor. Unimos los ejes y todo lleva a lo mismo”, resume. Muchos de los espectáculos están dirigidos por mujeres.
Participarán las compañías de la Universidad Nacional de las Artes, David Señoran, los alumnos del taller de danza del Teatro San Martín, Danza sin Fronteras, Les Cabras y Blick. Algunos de los espectáculos que se verán son La rendija, de Cecilia Bolzán; Las nubes, de Eugenia Estévez; Jugadora muda en bata, de Leticia Mazur; Isadora Sur, de Carla Rímola; y Coreomanía -no puedo parar-, de Josefina Gorostiza. Los cuatro primeros integran la propuesta “Mujeres en danza”. Son solos bailados y coreografiados por mujeres en un programa compartido. Por otro lado, bajo la consigna “Danza y política”, se presentarán Sueños Rojos, de Daniel Goldin, y Delfín negro, de Ramiro Cortez. En el marco de “Clásicas redirigidas”, cuatro coreógrafos trabajaron con cuatro intérpretes en dos programas compartidos. Serán Crush, de Romina Simone; El catáfilo, de Ramiro Soñez; Fanática, de Damián Malvacio; y Redirigida, de Iván Haidar Habrá lugar para el tango, con Estudio para bandoneón y bailarines, de Ollantay Rojas.
La programación se completa con un homenaje a Iris Scaccheri; la charla “La danza y lo político: sujeción y subversión del cuerpo”; la mesa de reflexión “Danza, política y trabajo”; la exposición “Cuerpo extremo”, con curaduría de Fabiana Barreda; y los ya mencionados talleres de formación. El cierre será con Interactiv, ciclo de música pensado para intérpretes, coreógrafos y público, de Luis Callegari y Luis Marte. “Queremos invitar a la gente a que baile. Todos en algún momento bailamos o disfrutamos de escuchar música y mover el cuerpo, con más o menos vergüenza. Queremos sacarle a la danza esa cosa rígida, eso que la gente siente con ella y las artes visuales. Muchos dicen ‘no entiendo, no sé’. A veces simplemente hay que disfrutarlo. No hay que tratar de entender todo”, concluye Vázquez.