Un vigilador privado de un banco del barrio porteño de Balvanera quedó imputado por el delito de estafa. Se lo acusa de haber robado los datos de una tarjeta de débito olvidada por un jubilado en un cajero automático para hacerse a sus cuentas siete transferencias por un monto total de 65.000 pesos.
El imputado es un joven de 23 años, empleado de la empresa Prosegur, que cumpía tareas en la sucursal del Banco Santander ubicada sobre la avenida Callao 692, esquina Tucumán. “En dos días, 4 y 5 de mayo, le hicieron siete transferencias, seis de 10.000 pesos cada una y una séptima por 5.000”, precisaron los investigadores de la causa.
Tras comprobar que las transferencias y gastos realizados desde la cuenta de la víctima se vinculaban con un vigilador que trabajaba en esa sucursal, la fiscal Sánchez pidió el allanamiento de su vivienda y su indagatoria.
