El actor se refirió en Pasajera en Trance a la manifestación de mañana, la recostada a la derecha de algunos colegas, su separación en cuarentena y la tristeza por las pérdidas sin despedida.

Gerardo Romano tuvo emociones surtidas en cuarentena. "Cuando estaba en pareja, fue una luna de miel bienvenida. La pandemia y la soledad no son buenas compañeras".

Romano contó que "acaba de morir Carlos Bruck, padre de un amigo de mi hijo, un psicoanalista muy prestigioso, que hacía todos los deberes. (El coronavirus) lo embocó, estuvo un mes de terapia, entubado". 

“Me da miedo estar en terapia intensiva –reconoció–, que me desenchufen de mis afectos, mis hijos, mis amores, padecer en soledad... El dolor psíquico debe ser tremendo. ¿Qué justifica poner en riesgo esta situación tan precaria?”.

El egoísmo de los anticuarentena

Por eso, entre otras cosas, afirmó tener "la peor de las opiniones de los anticuarentena –admitió–. Muestran mezquindad, oportunismo y una búsqueda arbitraria de rédito político". Por otro lado, comentó, "es raro que la derecha esté en la calle y el progresismo, su dueño natural, estemos guardando el mandato sanitario.

Romano se mostró "feliz por la ley de fibrosis quística, un proyecto por el que hice campaña, Alberto se comprometió a sacar y se ocupó". Aunque remarcó: "no entiendo por qué en la conferencia de prensa recurrente con Horacio y con Axel no se comentan esos temas. ¿Cómo no comunican bien un logro tan extraordinario?".

Sobre la recostada a la derecha a la que se refiere José Pablo Feinmann en un artículo publicado hoy, opinó que “es vieja, anterior a la pandemia... ¿Convocan por San Martín a los anticuarentena? Son los mismos que no entregaron a sus hijos para pelear por la patria. San Martín les cortaría las bolas.

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