PáginaI12 En Perú
Desde Lima
El presidente Pedro Pablo Kuczynski perdió una figura clave de su gabinete ministerial. El Congreso, controlado por el fujimorismo, le cortó la cabeza al titular de Economía, Alfredo Thorne, muy cercano a Kuczynski. Unidos por una estrecha amistad, ambos son economistas de línea neoliberal ligados al mundo financiero y los negocios internacionales. Thorne, junto con el primer ministro Fernando Zavala, era el hombre de mayor confianza del presidente en el gabinete ministerial. Su salida del Ejecutivo es un duro golpe para el gobierno.
No es la primera baja que sufre el gabinete. Hace solo un mes, Kuczynski había perdido a otro ministro que integraba su círculo político más estrecho: el ex titular de Transportes y Comunicaciones, Martín Vizcarra, quien también es el vicepresidente y que debió renunciar para evitar una censura del Congreso. Vizcarra fue acusado de favorecer a un consorcio privado, del cual forma parte el grupo argentino Eurnekián, para la construcción de un aeropuerto.
El escándalo del aeropuerto de Chinchero en Cusco, que tiene al grupo Eurnekián como protagonista, también gatilló la salida del ministro de Economía. Thorne no ha caído por la política económica -una continuación del modelo neoliberal impuesto hace 25 años por la dictadura de Fujimori y que el fujimorismo y otras fuerzas parlamentarias respaldan- sino por un diálogo con el contralor de la República en el que habría intentado influir sobre el funcionario para evitar un informe de la Contraloría contrario a una adenda firmada por el gobierno al contrato con el consorcio empresarial Kuntur Wasi, que integra el grupo Eurnekián, para la construcción del aeropuerto de Chinchero en Cusco.
Esa conversación, que se dio en la oficina del contralor a fines de mayo, fue grabada en secreto y el audio difundido a la prensa. En el audio se escucha a Thorne decirle al contralor: “Yo la firmé esta mañana (en referencia a una ampliación presupuestal pedida por la Contraloría), falta que la firme el presidente (Kuczynski). Me dijo el presidente: Si el contralor te da su promesa, yo la firmo (la transferencia de dinero) (…) Dile que nos tiene que ayudar”.
“Necesitamos su apoyo con los inversores”, es otro pedido que Thorne le hace al contralor. Sentado frente al jefe de la Contraloría, Thorne soltó una frase que no parece dejar dudas de sus intenciones: “Ahora todo depende de usted, si pasa Chinchero nos va bien, si se baja Chinchero, nos va pero mal”.
Thorne no logró evitar que la Contraloría emita, días después, un informe crítico al contrato del aeropuerto de Chinchero. Ese informe produjo una crisis en el gobierno, con la salida de Vizcarra del gabinete ministerial y la anulación de este contrato. El contralor ha sido acusado de haber grabado este diálogo y filtrarlo a la prensa, algo que niega. En los próximos días, el contralor podría tener el mismo destino de Thorne. Se le acusa de hacer negocios privados que la ley le prohíbe por su cargo y de haber obtenido irregularmente su título profesional plagiando su tesis de graduación. Por estos cargos, el Congreso podría destituirlo.
En diciembre pasado, la mayoría parlamentaria fujimorista censuró al entonces ministro de Educación, Jaime Saavedra. Thorne es el segundo ministro destituido por el Congreso en menos de un año de gobierno. A diferencia de lo ocurrido con Saavedra, esta vez el oficialismo, que solamente tiene 17 congresistas de un total de 130, se quedó solo en la defensa de su ministro. Las otras cinco bancadas del Congreso votaron por quitarle la confianza al titular de Economía por sus presiones al contralor. Solamente la bancada del izquierdista Frente Amplio fue más allá y cuestionó el modelo económico neoliberal.
“El ministro de Economía merecía una interpelación en el Congreso por la política económica,” declaró a PáginaI12 el economista Humberto Campodónico, catedrático de la Universidad de San Marcos. “Ha fracasado con un ajuste fiscal que ha hecho caer en forma importante la inversión pública, también ha caído la inversión privada, no se han destrabado una serie de grandes inversiones como se ofreció hacerlo, y porque con una economía en caída no ha habido una política anticíclica para enfrentar esa situación a pesar que existen ahorros fiscales para hacer eso fomentando la inversión pública. Pero lo han sacado solamente por su diálogo con el contralor, no lo sacan por la política económica porque hay una alianza entre el gobierno, el fujimorismo y los grandes grupos para mantenerla. Por esa alianza, la salida de Thorne no va a producir cambios en la política económica.”
Apenas había rodado la cabeza de Thorne, los congresistas hicieron ingresar al hemiciclo al ministro del Interior, Carlos Basombrío, para someterlo a una interpelación que podría terminar con su censura. Al momento del envío de este despacho, Basombrío seguía respondiendo a la interpelación, impulsada por la mayoría fujimorista, pero que no es respaldada por otras bancadas. Con 72 bancas sobre 130, el fujimorismo tiene los votos suficientes para aprobar una censura, pero sin razones sólidas para hacerlo en este caso y con la cabeza de otro ministro recién cortada, eso podría traerle un importante costo político reforzando la imagen de una oposición obstruccionista y desestabilizadora, algo que el fujimorismo evalúa antes de tomar una decisión en los próximos días.