Finalmente, el candidato de Mauricio Macri para integrar la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Carlos Horacio De Casas, perdió ayer la votación realizada durante la 47 sesión de la Organización de Estados Americanos (OEA). Cuestionado por referentes de múltiples organizaciones no gubernamentales de argentina, De Casas obtuvo solamente 11 votos a favor y quedó en el quinto lugar. Tal como publicó ayer PáginaI12, el postulante del Gobierno había hecho campaña con la promesa de revertir los avances en materia de derechos para el colectivo de Lgbtti. En febrero, el periodista Horacio Verbitsky reveló que el abogado mendocino es miembro del Opus Dei y que su principal antecedente en materia de derechos humanos fue como defensor de un alto jefe de Inteligencia del Ejército, procesado por secuestros y torturas durante la última dictadura cívico militar.
La CIDH debía renovar tres de sus siete miembros. Los comisionados con más votos fueron el mexicano Joel Hernández, con 28 votos, la brasileña Flavia Piovesan con 21 y en tercer puesto la chilena Antonia Urrejola con 19. Cuarto y ya afuera de la lista se quedó el estadounidense Douglas Cassel con 16 apoyos y recién después se ubicó el postulante macrista. En último lugar, Gianella Bardazano, de Uruguay, quedó con 6 votos. Bardazano corría con desventaja porque ya hay más un funcionario uruguayo en órganos de la CIDH.
“Sería un enorme retroceso en materia de derechos humanos que sea elegido De Casas, cuando la CIDH siempre se mostró muy progresista en relación a los derechos del colectivo Lgbtti”, había advertido Georgina Orellano, referente de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (Ammar). En el mismo sentido, el Director Ejecutivo del Cels, Gastón Chillier había señalado que la eventual designación de De Casas era “mala para el sistema interamericano y para la Argentina que siempre postuló desde la transición democrática hasta la actualidad, a candidatos defensores de DD.HH.”.
Por sus antecedentes así como por su posturas retrógradas respecto de distintos temas, De Casas se había convertido en el único candidato en recibir un rechazo generalizado: más de 130 organizaciones argentinas expresaron su repudio. También se habían mostrado preocupados por esta situación dos ex presidentes de la CIDH, Robert Goldman y Juan Méndez, entre otros referentes.