Este mediodía, los docentes del Liceo 2, donde Litzi es alumna, y del Normal 4, que funciona en el mismo edificio, se habían concentrado a las 12,30, en la esquina de Rivadavia y Acoyte para reclamar la aparición con vida de la joven.
En Lugano, mientras tanto, familiares y vecinos buscan a Nadia Rojas, que el viernes 9 no volvió a su casa después de salir de la escuela, el EEM N°1 René Favaloro. Mañana los docentes, familiares y amigos de Nadia se manifestarán en Callao y Corrientes, a las 7,30.
El caso de Litzi no era el único. En el Bajo Flores las chicas desaparecen con frecuencia. Algunas son acosadas mediante contactos falsos de Facebook, que primero las seducen y después las amenazan y extorsionan para conseguir fotos y videos de contenido sexual, otras son raptadas en sus barrios, o a la salida de la escuela. No todos los casos son iguales, los primeros en detectar un patrón común fueron los docentes, quienes se organizaron para acompañar a las familias en las denuncias y difundir las búsquedas.
En Villa Lugano, la que sigue ausente es Nadia Rojas, quien desapareció de la Villa 20 y fue vista por la zona de Liniers. La familia hizo las denuncias en la comisaria 52 y en la Fiscalía 57, pero reclaman que la investigación no avanza y que las autoridades se muestran “indiferentes” frente a sus pedidos. “La comisaría 52 es conocida por haber recibido centenares de denuncias por desaparición de pibas de la zona y haber ninguneado a las víctimas y denunciantes, dejando una vez más en claro la complicidad que estos sectores disponen”, denunciaron la familia y los docentes en un comunicado.
“No desaparece cualquier piba, desaparecen las pibas de los barrios vulnerables donde las familias también son vulnerables”, explica a Página/12 Andrea Bohus, maestra de grado y docente de la Red de Docentes del Bajo Flores, donde los docentes colaboran con las búsquedas. “Apenas nos enteramos, nos ponemos en contacto con los docentes de la escuela y con las familias para acompañarlas a hacer la denuncia en la Fiscalía y en la comisaría. Hay muchísimo maltrato hacia las familias, es muy común que en las comisarías les digan que seguro se fueron con un noviecito o que ya van a volver. Revictimizan a las chicas y le dan más impunidad a las redes de trata”, explica Bohus, que desde que conformaron la red, hace dos años, ya tuvieron más de quince casos.
En todos los casos se destaca la ausencia del Estado. “La visibilización en los primeros días es clave para que después aparezcan. Es la forma de presionar a las fuerzas policiales y a la Justicia para que actúen”, sostiene la maestra.
Los docentes del EEM Nº1, donde Nadia estudia, compartieron su dolor en una carta. “Hace ya más de 10 días que en la escuela tenemos un banco vacío, una alumna menos que nos duele en lo más profundo. Nos falta una en la escuela, como faltan muchas de nuestras jóvenes a diario”, escribieron desde la escuela. “Nunca llegó al ensayo de la obra de teatro donde ella es protagonista. La estábamos ensayando para el acto del 9 de julio con cuatro compañeros más, a ella le tocó el papel de Juana Azurduy. Ese día salió de la escuela y ya no volvió. Algunos dicen que la vieron ese fin de semana por Liniers. Pero lo cierto es que hace ya muchos días que ni sus familiares ni sus docentes sabemos nada de ella”, continúa la carta que difundieron para convocar a la concentración de mañana.