Desde Barcelona, la cantante afirmó que el movimiento de estudiantes secundarios "fue un terremoto que sacó a la luz al Chile opacado desde la dictadura". Y se refirió a la "pornografía de la superproducción" musical.
"Se nos había quitado la palabra ´política´. En la sobremesa era entrar en un conflicto familiar. Nos quitaron la posición y la convicción. Ahora estamos en una recuperación de la otra política, de las bases, gracias a los hermosos estudiantes secundarios que nos la recordaron", dijo Tijoux, de 43 años.
La cantante aseguró que "muchas cosas eran decadentes antes del Covid, pero la pandemia bajo el telón de la precariedad laboral, el problema de la inmigración, las desigualdades". En las protestas de su país, afirmó, "se juntó el descontento popular con la gente que dio pelea desde la dictadura. Vivíamos una pseudo democracia de partidos cómplices del desastre, más la extrema derecha pinochetista y un estado que nunca nos representó. Era pura usurpación y extractivismo".
Tijoux contó que se cuestionó si se presentaría para ser constituyente. "No queremos representantes sino voceros, que representen a un conjunto de personas. Personalmente, significaría dejar la música por dos años. Además, hay muchos colegas que merecen y amerita que nos representen".
"Nunca se habló tanto de feminismo –dijo– pero tenemos una música más misógina que nunca, nos siguen matando, violando y desapareciendo. Estamos en un momento de polarización, pero esta revolución sin feminismo no será".
La industria musical pornográfica
"A mí no me condiciona directamente la industria porque soy independiente, armé mi editorial y trabajo con un sello digital que cree en mí, así que tengo libertad a la hora de componer afirmó Tijoux–. Pero tengo las contradicciones que impone la velocidad del mercado: te dicen que una canción es super antigua cuando tiene seis meses. Con las redes, me pregunto cuánto mostrar y cuánto no, y me pierdo. Trato de surfear la ola. Finalmente, soy vieja escuela".
La cantante afirmó que "hay una pornografía de la superproducción, como si eso determinara que fuera una obra histórica. Y la gran pregunta es adónde y cómo queremos ir: si queremos amplificar o profundizar el mensaje, algo antagónico a la cosa del magnate, porque el crear es el arte de contemplar y de la pausa. Y es colectivo, no individual".