Luego de algunos meses de trabajo como dúo, el saxofonista Facundo Aride y el guitarrista Damián Bincaz decidieron sumar a Gastón Bozzano (aquí a cargo del bajo eléctrico) para ampliar la sonoridad de un proyecto que ya tenía dos pautas claras: la de desarrollar un repertorio de composiciones originales con una formación carente de sección rítmica. Esos preceptos son los que priman en el disco debut de Mezcal Trío, obra publicada por el sello rosarino BlueArt y que esta noche, a las 21.30, tendrá su presentación en el Gran Salón de Plataforma Lavardén (Mendoza 1085).

Conformado por obras propias de sus tres integrantes junto a versiones sobre "The weeper" de John Abercrombie y "From a dream" de Ralph Towner, el debut de Mezcal Trío es un primer paso en una búsqueda estética que, según distingue Aride, ya es palpable. "Empezamos a lograr un lenguaje propio, bastante homogéneo --apunta el saxofonista--. Por ahí alguno tenía una tendencia a músicas más cercanas al jazz, otro a la canción instrumental. Entre esa multiplicidad fuimos hallando el sonido propio del grupo. Apenas ingresó Gastón empezamos a hurgar en la música de cada uno, entendiendo al trío como un espacio abierto a las músicas de cada uno, tratando de arreglarlas para que funcionen en este formato. Por ahí la perspectiva distinta que tenía cada uno terminó consolidando un sonido que tiene algo de cada uno de los tres".

Con el bajo y guitarra eléctrica como elementos capaces de asumir un rol rítmico, el trío se sostiene en su objetivo de no ampliarse con la incorporación de batería o percusión. "Eso nos obliga a estar más expuestos --reconoce Aride--. Es lo que buscábamos, la sonoridad de nuestra música también va para ese lado. Eso nos obligó a arreglar nuestros temas, necesitábamos arreglos definidos para suplir la ausencia de esa sección rítmica".

En el marco de la presentación oficial de su debut discográfico, el trío buscará además darle ruedo a nuevas obras propias, reforzando así su búsqueda por alimentar un repertorio original. "El hecho de tocar nuestra música tuvo que ver con una experimentación, con moldearla al trío, apropiarnos de la composición del otro y hacerla propia. Es la prioridad número uno, porque somos un grupo estable, con ensayos fijos, entonces podemos juntarnos y tener la posibilidad de ir escuchando a quien compuso la música, conocer su perspectiva, qué quiere transmitir. Después está nuestra parte como intérpretes. Aunamos esos dos lugares, es nuestro primer valor", concluye Aride.