En su editorial Eduardo Caimi reflexionó sobre el primer año de gestión de Alberto Fernández. “Asumió atravesado por una crisis pavorosa, provocada por la fiebre amarilla macrista. Con la pandemia, el desastre se profundizó y las consecuencias se están padeciendo”, introdujo.
El conductor de Caimi a las 6 dijo que de no haber sido por las políticas implementadas por el gobierno del Frente de Todos, las consecuencias del coronavirus serían mucho peores.
“Si no hubiera existido el fortalecimiento del sistema sanitario que garantiza la atención a todos los enfermos, la catástrofe hubiera sido mucho más profunda. Si no hubiesen mediado tantas medidas de carácter social como el ATP, el IFE, los congelamientos de tarifas, la prohibición de los despidos, moratorias, entre tantas otras la hubiese sido total”, sostuvo.
El periodista analizó además que el Frente de Todos tuvo que gobernar con una “oposición despiadada”.
“La estructura más retrógrada del poder real está intacta en la Argentina. El combo del poder económico concentrado, los medios hegemónicos y la justicia entregada a las corporaciones goza de buena salud y ataca con fiereza. El apetito desestabilizador y devaluatorio del establishment perdura sin tapujos”, expresó Caími.
“El diseño de un país verdaderamente más justo exige desmontar esas estructuras que condenan a millones a vivir en la indignidad”, completó.