En un nuevo intento por desmantelar la histórica reforma de salud del ex presidente Barack Obama, la bancada republicana presentó ayer en el Senado de Estados Unidos un nuevo proyecto de ley. De ser aprobada, la legislación desfinanciaría la asistencia médica estatal a los más pobres y eliminaría los impuestos a los ricos impuestos por el Obamacare.
Luego de siete años de esfuerzos fallidos de los republicanos para derogar la ley de Obama, la propuesta, que será votada la semana próxima, rebaja la ayuda ampliada del Medicaid, un programa de salud público destinado a los pobres, y reforma los subsidios a las personas de bajos ingresos para tener seguros privados. El líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, y sus colaboradores llevaban semanas trabajando en secreto en el borrador. Si el plan se aprueba, el presidente Trump y los republicanos del Congreso estarían al borde de una importante revisión del sistema de atención de salud estadounidense, que abarca una sexta parte de la economía de la nación.
La premisa del proyecto, repetida por McConnell, es: “Obamacare se derrumba a nuestro alrededor, y el pueblo estadounidense está buscando desesperadamente alivio”. En el proyecto presentado ayer, los subsidios siguen ligados al ingreso de los asegurados y a lo que pagan de prima, una “importante mejora” frente a una medida aprobada el mes pasado por la Cámara de Representantes, que los ató únicamente la edad, indicó la senadora republicana por Maine Susan Collins. Asimismo, elimina las penalidades contempladas en el Obamacare para aquellos que no contraten ningún seguro médico, así como la propuesta incluida en la ley aprobada en la cámara baja de que los estados permitan a las prepagas cobrar primas más caras a personas con enfermedades preexistentes.
Algunos elementos del proyecto podrían tener un alto contenido explosivo a nivel político, y las reacciones individuales de los senadores podrían ser cruciales para determinar si la Ley de Salud Asequible –conocida popularmente como Obamacare– sobrevive al ataque republicano. La propuesta, que había circulado entre grupos de presión y asesores del Senado, da a los estados más libertad para abandonar las regulaciones del Obamacare y limitar el dinero que se entrega a Planned Parenthood, un proveedor sanitario que ofrece servicios abortivos. El texto incluye también fondos para estabilizar los mercados de seguros, donde los altos costos médicos de los usuarios elevaron las tasas de las primas y alejaron a las aseguradoras de salud en el 2017. Se espera que la situación empeore en el 2018. El proyecto republicano aportará 50 mil millones de dólares hasta 2021 como una medida a corto plazo, pero otro fondo separado destinará otros 62 mil millones de dólares desde 2019 a 2026.
Debido a la oposición de los demócratas, el plan del Senado naufragará si sólo tres de los 52 senadores republicanos no le da su respaldo. Más de media docena de senadores republicanos expresaron alguna disconformidad con la medida, y su rechazo sería una humillante derrota para Trump y McConnell en una de las prioridades del partido.
Los líderes demócratas del Congreso calificaron ayer de “cruel y sin corazón” la propuesta de ley. Minutos después de que se desvelara el proyecto, la líder de la minoría demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, aseguró en una rueda de prensa que el borrador del proyecto, de 142 páginas, es dañino y sin corazón porque perjudicará a las personas con menos recursos. En un tono similar, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, llamó “sin corazón” a la propuesta republicana y aseguró que la nueva iniciativa es incluso más cruel que el proyecto legislativo sobre salud aprobado por la Cámara de Representantes en mayo pasado. Tanto Pelosi como Schumer aventuraron que “millones y millones” de personas perderán la atención médica que actualmente reciben gracias a la reforma sanitaria de Obama, conocida popularmente como Obamacare y que ha permitido obtener cobertura médica a más de 20 millones de personas.
Cuatro senadores conservadores, Rand Paul de Kentucky, Ted Cruz de Texas, Mike Lee de Utah y Ron Johnson de Wisconsin, anunciaron que se opondrían sin cambios -más que suficiente para derribarlo. “No parece que este proyecto como está escrito cumplirá la promesa más importante que hicimos a los estadounidenses: para revocar Obamacare y reducir sus costos de atención de la salud”, escribieron los cuatro en una declaración conjunta.
El ex presidente Barack Obama, dijo que la propuesta del Senado mostraba una “maldad fundamental” que perjudicaría a cualquier persona que se envejezca, se enferme, o comience una familia. “El proyecto de ley del Senado, presentado hoy, no es un proyecto de ley de salud”, escribió Obama en su página de la red social Facebook. “Es una transferencia masiva de riqueza de familias de clase media y pobres a la gente más rica de América. Entrega enormes recortes de impuestos a los ricos y a las industrias de medicamentos y seguros, pagados al reducir la atención de la salud para todos los demás”.
Decenas de personas, muchas de ellas con capacidades diferenciadas, protestaron contra el recorte de fondos para el sistema de salud frente a la oficina jefe de la mayoría republicana en el Senado, McConnell, Aunque el líder republicano y promotor del proyecto quiere que el texto se vote en las comisiones y el pleno en la próxima semana, el rechazo unánime de la oposición demócrata y las críticas de unos pocos pero vitales senadores oficialistas podrían complicar sus planes.