La titular de la CORREPI, María del Carmen Verdú, charló con Virginia Messi sobre el informe que presentó el organismo sobre los casos de violencia institucional y gatillo fácil que realizan desde el año 1983.
"Es un año completamente insólito que nos partió la vida en dos y esa misma diferencia de nuestra vida cotidiana se advierte en los datos del archivo", indicó Verdú.
La titular de CORREPI se refirió al informe anual, que se encuentra disponible en la página web del organismo, y sostuvo que "del período de gestión de Alberto Fernández y Cristina Kirchner hay dos juegos de gráficos. El general y el que tiene que ver específicamente con el período post pandemia, porque fue muy notable el cambio entre una y otra etapa".
Además, explicó que el primer periodo, entre el 10 de diciembre de 2019 y el 20 de marzo de este año arrancó con el discurso de Alberto Fernández en su discurso de asunción ante la Asamblea Legislativa, "diciendo aquello que causó tanto impacto en nuestras compañeras y compañeros de 'tenemos que escapar al gatillo fácil y a la lógica de la muerte por la espalda'".
"Esto no era poca cosa, y mucho menos viniendo de donde veníamos, de cuatro años de macrismo, de un verdadero período de excepción, con una muerte cada 19 horas, con el gatillo fácil, la doctrina Chocobar, los protocolos Bullrich, etc", agregó.
Verdú destacó ese primer período y explicó que algunas de las medidas de la agenda antirepresiva de Correpi y de otros organismos de Derechos Humanos "se cumplieron con la derogación de algunas de esas resoluciones".
Se trata de la derogación del protocolo destinado a la detención de personas LGBTIQ+, con la revocación del Servicio Cívico Voluntario en Valores, las táser, los centros de formación de gendarmes en Chapadmalal y el programa en trenes.
"Y sobre todo, la fatídica resolución 956 que habilitaba el uso del arma reglamentaria de las fuerzas federales en cualquier circunstancia contra personas desarmadas de espaldas, con lo cual había una expectativa", detalló.
"Ahora, a partir del 20 de marzo, el Decreto de Necesidad y Urgencia 297 impuso el aislamiento social preventivo y obligatorio en todo el país. Una medida sin ninguna duda correcta desde el punto de vista sanitario y que no cuestionamos, pero que no fue acompañada por medidas suficientes de carácter social y asistencial", sostuvo.
Para Verdú, con el decreto para cumplir con la cuarentena obligatoria por el coronavirus, "abrieron la puerta a una serie de ampliación de facultades de las fuerzas de seguridad y de medidas de corte represivo que marcaron un brusco cambio de dirección".
"Incluso con modificaciones respecto de lo anterior, como ocurrió con el caso de las pistolas Táser o con medidas como la profundización de los sistemas de coordinación de estos comandos unificados de fuerzas federales y provinciales, la completa desatención y represión en cárceles que generaron un incremento brutal de las muertes bajo custodia", agregó.
También, explicó que "lo mismo pasó en las comisarías y finalmente resurgió el gatillo fácil, como si hubiese la misma cantidad de gente en las calles, que claramente no".