La medición del dióxido de carbono como indicador de la ventilación del aire en ambientes cerrados es una de las medidas más recomendadas para evitar el contagio de coronavirus por inhalación de aerosoles acumulados, indican los especialistas.

Al respirar o hablar, exhalamos pequeñas “gotitas” que luego permanecen en el aire por un determinado período de tiempo. En ese tiempo, pueden quedar flotando partículas del virus que puede contagiar a otra persona.

El físico y ex decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, Jorge Aliaga explicó en Las últimas noticias la importancia de la medición de dióxido de carbono con sensores para controlar el aire en lugares cerrados.

“Las personas contagian antes de tener síntomas o aunque no tengan ninguno. Bajo ese concepto, queda claro que los contagios no son sólo por gotas grandes que uno emite o que caen a una superficie o porque esas gotas le pegan en la cara o en la boca a otra persona”, apuntó Aliaga.

“Hay pequeñas gotitas que se exhalan cuando se habla o respira, que no se  ven y que quedan flotando mucho tiempo en el aire, no caen rápidamente”, detalló.

En ese sentido, el físico precisó que en espacios al aire libre hay 400 partes por millón de dióxido de carbono y que, en lugares cerrados, esa cifra puede alcanzar las 5000 partes por millón.

“Lo que se está pidiendo para haya poca probabilidad de contagio, para que haya un 1% de probabilidad de respirar el aire que ya respiró otro, es que no supere las 800 partes por millón”, indicó Aliaga.

https://soundcloud.com/grupooctubre/jorge-aliaga-ex-decano-de-uba-exactas