En una nueva clase de la Escuelita de verano de Toma y Daca, el pedagogo de fusto y ferviente militante de la educación, Julián Elencwajg, dio algunas pistas para poder volver a estudiar presencialmente en las instituciones educativas pese a la decisión del gobierno y los sindicatos.
“Seguimos contactándonos virtualmente porque aún no están dadas las condiciones para que se reabran las escuelas según los sindicatos, que son los culpables de todo lo malo que pasa, pasó y pasará en este páramo inhóspito y alejado del mundo llamado Argentina. Pero afortunadamente está surgiendo un movimiento que tiene como objetivo retomar las clases presenciales con un circuito de educación alternativo, tal vez clandestino para escapar de las garras del Estado y los gremios que entorpecen todo con sus pretensiones”, introdujo Elencwajg.
“Ya está en marcha la creación de la escuela blue y muy pronto van a poder consultar la cotización de los distintos tipos de profesores y maestros. Se podrá comprar docente oficial, docente solidario, docente blue, docente mayorista, docente importador, docente Netflix o Tinder, docente MEP, docente contado con liqui, docente libre y docente Vaca Muerta en un mercado de pedagogos de fuste cada vez más desregulado para beneficio de la sociedad toda”, contó el pedagogo.
“Les cuento chiques: en la antigua Roma se creía que los cristianos aprovechaban las catacumbas para organizar reuniones clandestinas a pesar de que sus galerías estrechas no eran espacios cómodos para encontrarse y eso llevó al emperador Valeriano a ordenar su confiscación. Si sus padres quieren seguir su ejemplo y mandarlos a la escuela blue, pueden hacer algo similar en los túneles cubiertos de tierra sobre la calle Perú que se descubrieron en 1980 en la Manzana de las Luces, donde están la Iglesia de San Ignacio y el Colegio Nacional Buenos Aires”.
“Otra opción es que eludan la presión del Estado y los sindicatos por medio del samizdat. Se le decía “samizdat” a la copia y distribución clandestina de literatura prohibida por el régimen soviético y, por extensión, también por los gobiernos comunistas de Europa Oriental, el Bloque del Este, durante la Guerra Fría. A través del zamizdat, muchas veces los disidentes lograban eludir la censura política y distribuir copias de textos como la novela "El maestro y Margarita", de Mijaíl Bulgákov o el escrito de Václav Havel "El poder de los sin poder". En la escuela blue argentina, los zamizdat podrían ser de obras clave para la defensa de las instituciones republicanas escritas por Juan José Sebreli o el intelectual y voleibolista Fernando Iglesias”.
“La tercera opción que se me ocurre como pedagogo de fuste partidario del combate contra el salvajismo populista es que tanto padres e hijos pasen a la clandestinidad, consigan pasaportes falsos para que un grupo de docentes se capacite en campamentos escondidos en distintos países y finalmente formen el equivalente educativo a Baader-Meinhof. Es apenas una idea, una sugerencia, una recomendación que puede convertirse en realidad o no, como pueden convertirse en realidad o no las ideas, sugerencias y recomendaciones de cierto gobierno con tendencia a dar marcha atrás, siempre y cuando no sea un aumento a la nafta. ¡Pero hay que dejar gobernar y no hacerle el juego a la derecha!”.