Vanesa Orieta, hermana de Luciano Arruga charló con Claudio Villarruel y volvió a exigir justicia por el joven a 12 años de su desaparición y muerte por parte de la Policía Bonaerense.
Luciano Arruga, un joven de 16 años, fue visto con vida por última vez en los calabozos de la comisaría de Lomas del Mirador en 2008 y su cuerpo recién fue hallado en 2014, enterrado como NN en el cementerio de la Chacarita.
Orieta relató las situaciones de violencia policial que sufrió su hermano y contó que "antes de que Luciano desapareciera nos contó que un grupo de policías le habían ofrecido salir a robar para ellos y que él les había respondido que no".
Además, explicó que la violencia contra su hermano se fue agudizando y Luciano empezó a sufrir detenciones de forma sistemática. "No podía salir del barrio y si se cruzaba con los policías lo paraban y lo sometían a situaciones violentas".
En 2015 la familia logró llevar a juicio al policía Julio Diego Torales, quien fue condenado a diez años de prisión por torturarlo durante una aprehensión en 2008.
LA DESAPARICIÓN
"La detención más dura que le tocó vivir fue el 22 de septiembre de 2008, cuando fue golpeado, violentado física y psicológicamente. Llegué a escuchar los gritos de mi hermano pidiéndome que lo saque de ese lugar. Cuando salió nos acercamos al Policlínico para que lo atendieran, eso quedó como registro en el juicio donde se condenó a Torales".
Meses después, Luciano seria desaparecido. "Tenia 16 años cuando se daban estas situaciones. La característica era pertenecer a un barrio humilde e invisibilizado para la sociedad, pero muy controlado por las políticas del Estado, que tienen que ver con una mirada que criminaliza a los barrios y a quienes viven en él", explicó.
"La causa estuvo en la justicia provincial durante cuatro años y los tres funcionarios han sido acusados por nosotros un jury. Lo que hicieron fue no escuchar la denuncia de la familia, la primera fiscal jamas nos atendió", sostuvo.
Además, relató que la familia le pidió a la justicia en su momento "que se informara sobre un NN con las características de mi hermano, esto lo hacíamos a los pocos días de desaparecido Luciano. A pesar de esto, la segunda fiscal decidió investigarnos mediante pinchaduras de teléfono",
Orietta explicó que a los pocos meses se presentó un hábeas corpus que fue rechazado, lograron que fuera aprobado con un fallo ejemplificador luego de tres presentaciones. "Eso nos dio la posibilidad de encontrar los restos de Luciano", graficó.
"Intentaron instalar como un accidente de transito. La familia sigue hablando de que no fue un accidente de transito, sino que fue llevado por policías y obligado a cruzar la avenida General Paz. Durante tres horas Luciano padeció el horror y es lo que la justicia debió investigar", agregó.
CÓMO SIGUE LA CAUSA
A 12 años de la desaparición forzada de Luciano Arruga, la causa se encuentra en el fuero federal y continúa en la etapa de instrucción.
"No quedan palabras, esa es la impunidad", expresó la hermana del joven. En paralelo, la familia hace ocho años comenzó un jury a la primera fiscal que intervino, Roxana Castelli. "Los tres funcionarios siguen trabajando, administrando impunidad en el partido de La Matanza", agregó.
"Nunca nos escucharon y la investigación termino en la policía denunciada, por eso la causa está tan dañada", explicó.
EL RECONOCIMIENTO DEL CUERPO
"Hubo muchos indicios que podría haber arrojado el tiempo que no se pudo ver por el paso del tiempo, esto tiene que ver con la impunidad. Depositar la investigación en la policía denunciada puso muchas trabas y se perdieron muchas cosas", explicó Orieta.
"Lo reconocimos por los golpes que había recibido por la policía en el 2008".
"La falta de respuestas y el paso del tiempo hizo que me acercara a la Fiscalía pidiendo poder hablar, ya en ese momento sufríamos amenazas por parte de la Policía", agregó.
En este sentido, recordó que la fiscal atendía a la familia. "Entendíamos que la vida de Luciano estaba corriendo riesgo. En 2009 le pedimos a la fiscal que por favor pidiera informe a las comisarías, morgues y hospitales con relación a las características de mi hermano", agregó.
LA LUCHA DE LA FAMILIA
"Estamos con mucha energía y nos sentimos fortalecidos en esta lucha, todo lo que vamos generando es de conjunto. Lo que estamos haciendo es defender la democracia, ya no tiene que ver con nosotros, sino con un sistema y la necesidad de que la juventudes dejen de ser miradas como peligrosas, sobre todo las empobrecidas", explicó.
Orieta destacó la necesidad de que "empiecen a generarse políticas que tiendan a disminuir las violencias institucionales que se sufren. Consideramos que la problemática de represión estatal es especifica y requiere de un análisis muy particular, hablamos del brazo armado y represivo del estado".