Tres motines coordinados en las tres principales cárceles de Ecuador dejaron un saldo de al menos 79 presos muertos, lo que puso en inmediata alerta al gobierno, que usó la fuerza “para garantizar la seguridad de los detenidos”, según el presidente Lenin Moreno.
Moreno acusó al correísmo de estar detrás de los desmanes, sin presentar evidencias, en medio de una carrera electoral todavía abierta que tiene pendiente una segunda vuelta para el 11 de abril, pero por la tarde las autoridades del área dejaron en claro que las revueltas fueron obra de “grupos delictivos internos” en una disputa por el liderazgo de los lugares.
"Los motines ponen en evidencia la crisis del sistema penitenciario ecuatoriano en el contexto de un gobierno que ha aplicado un gran ajuste neoliberal", dijo comunicación con Las Primeras Noticias, el periodista Marco Teruggi.
El periodista sostuvo que el gobierno de Lenin Moreno aplicó un gran ajuste desfinanciado arreas importantes del Estado y eso se tradujo en las crisis de sevicia penitenciarios.
"Distintos actores políticos coinciden que lo que sucede en las cárceles no es producto del azar sino de una mala política del Estado hacia los servicios penitenciarios que se deriva en motines y respuestas violentas por parte de las fuerzas de seguridad", completó Teruggi.