Pasan cosas raras en el fútbol argentino. De repente la primera D se quedó tiene pocos equipos para jugar el campeonato y la AFA está analizando la posibilidad de afiliar a nuevos clubes.
Hay más de 30 equipos pugnando por ingresar. “Para eso hay que cumplir ciertos requisitos: Tener por lo menos 800 socios, cancha propia o alquilada y según dicen, aducir al menos 300 mil razones verdes de admisión”, dijo Adrián Stoppelman en su columna de humor.
Ante esta situación, Stoppelman le pidió a la división “Con esa pinta, con esos pantalones, si no parecen del circo de Marrone” que presente un informe con el listado de algunos clubes que quieren lograr la afiliación a la AFA:
- Eintracht Picheto Zieg Hail Fusbal Club: Primer club de argentina sin extranjeros en su plantel y ningún jugador puede tener más de 2 hijos. La cancha: en terrenos cedidos por Joe Lewis y usurpados a los mapuches. La camiseta es un poco colorinche: tiene el celeste del peronismo, el amarillo del pro, el rojo y el blanco del radicalismo y el negro de las camisas idem. El equipo se presenta con una sola condición: no tener que enfrentar nunca a Deportivo Paraguayo.
- Lawfare United: ya declaró que tiene su cancha en la calle Ascasubi donde alquila el terreno. Gran candidato a ascender rápidamente, porque tiene a todos los jueces y los medios a favor. La camiseta es blanca con un clarín rojo como escudo y en el pecho llevan una foto de Bonadío. Entre los grandes jugadores que pasaron por la institución: Blank, Santoro, Roa, Porta, Mercado… y los dirige técnicamente la dupla Magnetto-Aranda.
- Estrella Roja de Kicillof: también conocido como Deportivo Sputnik, el equipo más odiado de la liga, porque los vacuna a todos. Con humildad, viaja a los partidos con todo el plantel a bordo de un Clío… los 22 jugadores en un Clío y la camiseta tiene un escudo mal diseñado, porque no entra todo lo que quisieron poner: Cristina, Néstor, El Che, Rosas, Putin, Lenin, una hoz, un martillo, Marx, una K… A veces no llegan a tiempo porque son un poco largas las charlas del entrenador.
Escuchá la columna completa de Adrián Stoppelman.