El Banco Central emitió 96.500 millones de pesos en lo que va del año para financiar el desequilibrio fiscal del Gobierno. De ese total, unos 42.300 millones, cifra equivalente a medio punto del PBI, se emitieron en los primeros días de junio. La entidad a cargo de Federico Sturzenegger tuvo que salir a cubrir el rojo de las cuentas del Tesoro, que el mes pasado se ubicó en 44.045 millones de pesos.
La base monetaria, tras estos giros del Central, aceleró su ritmo de incremento hasta el 41,3 por ciento interanual y alcanzó los 877.377 millones de pesos. Estos montos tienen en cuenta además el impacto de la licitación de Lebac del lunes, cuando la entidad no consiguió renovar vencimientos por 122.000 millones de pesos.
El Central tiene una tarea importante por delante para justificar por qué la cantidad de dinero aumenta arriba del 40 por ciento y todavía no han cambiado su objetivo de precios, que es menos de la mitad. En el organismo insisten que la inflación cerrará este año en un 17 por ciento, al mismo tiempo que aseguran que el aumento de los precios no se explica por fenómenos estructurales (es decir, costos como el tipo de cambio o las tarifas) sino que responde en forma exclusiva a fenómenos monetarios.
La emisión monetaria no es la única variable que empieza a llamar la atención en el mercado. Los informes de las consultoras de la city vuelven a mostrar un número que en los últimos meses había quedado olvidado: la relación entre las reservas internacionales y la cantidad de pesos que hay en la economía. Cuando se divide la base respecto de las reservas, el ratio (o el tipo de cambio de convertibilidad) asciende a 19 pesos, pese a que la cotización del dólar minorista se ubica por debajo de los 16,5. Si a la cuenta se agrega el monto de las Lebacs, la relación ya supera los 30 pesos.
La relación entre pesos circulando y divisas en manos de la autoridad monetaria no sólo se deterioró por la mayor emisión sino que el Central tampoco consiguió aumentar en forma importante el nivel de reservas internacionales. Los 45.000 millones de dólares que hoy maneja la entidad, pese a la importante colocación de deuda los últimos meses, son una cifra casi idéntica a la que había a finales de enero de este año. Sturzenegger anunció hace dos meses que el organismo iba a avanzar con una política de adquisición acelerada de reservas pero en los últimos 20 días ya se perdieron unos 1300 millones de dólares y otros 5000 millones desde el pico anotado en marzo.
El principal elemento para explicar la dificultad del Central para acumular reservas es la fuerte salida de capitales, que se aceleró este año. Las proyecciones del mercado muestran que, si continúa a los ritmos de los primeros cinco meses, la fuga de divisas por atesoramiento superará este año los 12.000 millones de dólares, al tiempo que la salida por la cuenta turismo se ubicará en 14.000.
Otro elemento que empieza a generar una pérdida de dólares es el balance comercial. Los pronósticos para fin de año marcan un déficit entre exportaciones e importaciones de 2000 millones de dólares. El dato clave es que las importaciones en mayo subieron un 24 por ciento, mientras las exportaciones avanzaron a una tasa del 1.