El médico intensivista y profesor e investigador de la universidad nacional de La Plata dialogó en Una Nueva Aventura acerca de la situación sanitaria en las unidades de terapia intensiva y cómo afrontar la segunda ola de coronavirus.
El médico recordó que el pico de la primera ola de la pandemia aconteció en Argentina en agosto-septiembre de 2020 y fue disminuyendo a 250 casos por día en la Ciudad de Buenos Aires.
Luego hubo un rebrote en diciembre-enero y posteriormente se estabilizó, aunque hace un mes hay un despunte muy alto que, según el profesional, "desde el punto de vista epidemiológico estamos frente a una situación muy grave".
"A diferencia de la primera ola, esa tan denostada cuarentena que salvó decenas de miles de vidas porque permitió fortalecer un sistema sanitario que estaba destruido y, básicamente, porque fue una barrera para el crecimiento de la enfermedad, ahora no está presente", indicó con respecto a los factores que inciden en el aumento de casos.
En este mismo sentido, Dubin advirtió que "las unidades de terapia intensiva están en peores condiciones para enfrentar esta etapa de la pandemia en comparación a la primera ola", y remarcó que es el último eslabón en el tratamiento para un paciente en condiciones graves de infección de Covid-19.
"En La Plata, por ejemplo, hay muchos hospitales que ya tienen un 100 por ciento de ocupación, y este tremendo número de contagios que estamos viendo estos días recién va a impactar en el sistema en 10 o 15 días", insistió.
El médico intensivista atribuyó esta "debilidad del sistema" a la fatiga por el incasable trabajo de los profesionales, como así también a la falta de medicamentos para la asistencia mecánica.
"Lo que puedo decir que tenemos una casi completa ausencia de producción nacional y estatal de medicamentos y eso nos condiciona", señaló.
Por último, el profesional volvió a remarcar los cuidados personales como usar el barbijo, no reunirse y mantener las distancias, pero advirtió también que si las responsabilidades individuales no alcanzan, espera que el Estado tome decisiones fuertes "porque no hay tiempo y estamos en una cornisa y a punto de sumergirnos en un desastre sanitario sin precedentes".